Los restos del sargento Paruchevsky fueron inhumados en el cementerio municipal de La Plata. Gabriela, una de las hermanas, explicó que la decisión de la aseguradora “es incomprensible”.
20/11/2012 - 02:10hs
Los restos del sargento de la Policía bonaerense Mauricio Paruchevsky (26) fueron inhumados ayer en el cementerio municipal de La Plata en medio de escenas de profundo dolor y los familiares del uniformado fallecido se quejaron porque la ART les comunicó que no brindará cobertura por considerar que el ataque que sufrió por parte de los asaltantes no sucedió en un lugar ubicado camino al trabajo.
Gabriela, una de las hermanas de Mauricio, quien agonizó 18 días tras recibir tres balazos en un intento de robo en Monte Grande, denunció que “él pasó a buscar a una compañera y se dirigía a tomar la guardia en una comisaría de Luis Guillón. Se desvió unas cuadras por los cortes que ese 31 de octubre hacía la gente para reclamar por la falta del servicio de electricidad y ahora no quieren reconocer que el hecho ocurrió in itinere a su lugar de trabajo”.
“Hoy (por ayer) tuvimos que enterrar a Mauricio. A él lo mataron por ser policía. Su hija de 5 años no puede entender lo que pasa. La llevamos a upa al velorio y su despedida fue terrible. Y después nos enteramos de que el seguro que le corresponde no lo va a recibir. Una vergüenza”, agregó Gabriela.
En su casa de City Bell, Daniel Paruchevsky, el padre del policía asesinado, habló con Trama Urbana. Arrasado por la pérdida de su hijo, recordó que “Mauricio se desvivía por su hijita. Estaba divorciado, así que la nena era todo para él”.
Mauricio era hincha de Boca y policía desde hacía ocho años. Fue baleado cuando iba a tomar su tercera guardia en la comisaría de Luis Guillón. Antes había servido en una seccional de Burzaco.
Ayer trascendieron algunos detalles del momento del atraco. El sargento Paruchevsky se movilizaba en su Fiat Palio color rojo junto a una compañera. Ella estaba uniformada. El tenía la ropa de trabajo en el baúl. Pararon en un kiosco. Eran las 20.15 del 31 de octubre pasado.
Los dos policías compraron un agua mineral y cuando subieron de nuevo al coche, dos motochorros llegaron con armas de fuego en sus manos.
“Es policía”, gritó uno de los asaltantes al ver a la mujer uniformada. Enseguida comenzó una balacera. Mauricio recibió tres tiros. El que le causó más daño fue el que le ingresó por la axila. “El auto quedó con seis tiros y la compañera de mi amigo resultó ilesa”, detalló Daniel.
El sargento fue trasladado de urgencia al hospital de Monte Grande. Estaba consciente, a punto tal que pudo comunicarse con su hermano para decirle “me bajaron”, pero el cuadro se fue complicando.
Luego de permanecer seis días en el hospital Santamarina de Monte Grande, fue trasladado a la clínica de alta complejidad Fitz Roy de Palermo, donde murió a las 14.20 del sábado.
“Había mejorado. El jueves pasado el informe de los médicos fue muy esperanzador, pero el viernes padeció un derrame cerebral y ahí no hubo forma de salvarlo”, afirmó el padre de la víctima.
Crimen del capitán en Berazategui: identikits, huellas y la bala
Los investigadores del crimen del capitán Rubén Fernández, asesinado el domingo al defender a un vecino de un robo en Berazategui, buscan a los autores del hecho a partir de dos huellas dactilares, la bala homicida y los identikits que elaboraron las víctimas del asalto.
En tanto, los restos del suboficial fallecido fueron inhumados ayer en el cementerio municipal de dicho partido de la zona sur del Conurbano, donde estuvieron presentes las máximas autoridades de la fuerza provincial.
El homicidio de Fernández (51) es investigado por el fiscal Daniel Ichazo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada de Berazategui, quien por estas horas sigue varias pistas para dar con los criminales.
En primer lugar, la Policía Científica logró levantar dos huellas dactilares en el auto de Jorge, el vecino del capitán víctima del robo.
“El Volkswagen Gol del dueño de casa fue tocado por al menos uno de los delincuentes. Esperamos ponerles nombre y apellido a esas dos huellas en las próximas horas o que sirvan para un futuro cotejo con algún sospechoso que sea detenido”, dijo un pesquisa.
Otra prueba científica que podrá utilizarse en caso de secuestrar el arma usada en el hecho es la bala homicida, que ingresó por el estómago y le cortó al policía la arteria aorta, ocasionando así la hemorragia que le provocó la muerte.
El proyectil calibre 380 fue extraído en la operación de autopsia y es apto para un cotejo, igual que las vainas servidas encontradas en la escena del crimen. Por último, hay identikits de los autores, ya que tanto el vecino asaltado que estuvo retenido por uno de los delincuentes en el garaje como su esposa, que ingresó a la casa con dos de los cómplices, realizaron dictados de rostro de los sospechosos.
También se confirmó que el Volkswagen Bora en el que se movilizaban los ladrones y que luego fue encontrado incendiado en Quilmes fue robado dos días antes del hecho en Almirante Brown.
Para Berni, matan a más efectivos por “la vocación” de servicio
El viceministro nacional de Seguridad, Sergio Berni, adjudicó el incremento de crímenes de policías a la “vocación” de servidores públicos que tienen los agentes y al uso del arma reglamentaria cuando se encuentran de franco.
Berni hizo estas declaraciones al conocerse que en lo que va del año ya han sido asesinados 28 policías en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires.
La cifra duplica el número de víctimas registradas en 2011, cuando hubo ocho agentes federales y seis bonaerenses muertos, y además es la más alta desde 2003, cuando hubo 62.
En 2012 han muerto 15 integrantes de la Policía bonaerense, 11 de la Federal y 2 de la Metropolitana.
“Evidentemente la mayoría de los policías que lamentablemente han perdido la vida lo han hecho por su vocación, más allá de que no tienen necesidad de portar su arma reglamentaria” cuando gozan su franco, indicó Berni en diálogo con la prensa.
Al respecto, profundizó: “La portación del arma reglamentaria es el principal problema por el cual pierden la vida nuestros hombres, fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires”.
Para Berni, a los efectivos policiales, “más allá de la vocación de servicio”, las situaciones “los superan”, y después se registran “estos hechos de desgracia”.