Solo y a los 84 años, murió el escalofriante Arquímides Puccio

Trama Urbana

04/05/2013 - 08:20hs

Fue el jefe del clan que en los ‘80 secuestró y asesinó a dos rugbiers y mató a un empresario tratando de capturarlo, en San Isidro. Ahora ejercía como abogado. Vivía en General Pico 

Su vida tuvo de todo. Era contador. Después de saltar a la fama como jefe de un clan familiar que secuestraba y mataba, recibió la máxima condena, pese a lo cual recibió el beneficio del arresto domiciliario y lo perdió por burlar sus condiciones. En la cárcel estudió hasta recibirse de abogado. Ejerció en su propio estudio jurídico. Se casó con una mujer muchísimo más joven, de la que se separó hace cuatro meses. Y ayer murió como un viejito cualquiera, a sus 84 años y en la cama de la casa que alquilaba en la ciudad pampeana de General Pico. Dicen que fue a consecuencia de una complicación cerebro vascular por un ACV que padeció tiempo atrás, pero lo concreto es que ahora nadie sabe qué hacer con sus restos porque nadie quiere retirar su cuerpo. Lo más probable es que termine en una fosa común, en el cementerio del pueblo. Se llamaba Arquímides Puccio, nombre que en la década del 80 helaba la sangre con sólo escucharlo, aunque ahora haya que citar los crímenes por los que lo sentenciaron para que muchos entiendan de qué se habla cuando de él se habla. 

El 26 de diciembre de 1995 fue condenado a reclusión perpetua por liderar la banda que en julio de 1982 secuestró y asesinó tras el cobro de un rescate al rugbier de Pueyrredón Ricardo Manoukian (24), y lo mismo hizo en mayo de 1983 con Eduardo Aulet (25), del San Isidro Club (SIC). También le endilgaron haber matado al dueño de la empresa de ropa Mac Taylor, Emilio Naum (38), cuando en junio de 1984 se resistió a que lo raptaran, y haber secuestrado a la empresaria funebrera Nélida Bollini de Prado (56),  rescatada con vida en agosto de 1985 en la casa de los Puccio en San Isidro.

Además de Arquímedes, dos de sus hijos conformaban el clan encargado de participar de los hechos, el ex rugbier Alejandro Puccio y su hermano Daniel (ver aparte). A la organización criminal también la integraban el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz. 

Arquímides Estuvo 23 años preso y, si bien en los primeros obtuvo una prisión domiciliaria, en 2004 lo enviaron a una cárcel de La Pampa luego de que se comprobó que salía de su casa. Lo alojaron primero en la Unidad 4 de Santa Rosa y luego fue trasladado a una de régimen semiabierto en General Pico, donde gozó de salidas transitorias y pudo estudiar.

El contador público deseoso de “pertenecer” a cualquier costo

Dos de los hijos de Arquímides también formaban parte del clan, mientras que un tercer hermano, su hermana y la madre de ellos no fueron involucrados. Alejandro, condenado a perpetua, era rugbier. En 1985 saltó con sus manos esposadas desde el quinto piso de los tribunales porteños, pero sobrevivió. Las lesiones lo complicaron mientras estuvo preso, hasta que en 2007 lo liberaron y murió en 2008. Tenía 49.

Su hermano Daniel, alias “Maguila”, estuvo sólo tres años detenido, y aunque en 1999 fue condenado a 13 años de prisión, nunca cumplió con la pena porque desde entonces permanece prófugo, aparentemente en Brasil. 

Arquímides era un contador público vinculado a la ultranacionalista Tacuara y posiblemente a la Triple A, que se mudó a una casona de San Isidro con la aspiración de integrarse a la clase social alta a la que no pertenecía y armó la banda para conseguir el dinero que le abriera la puerta.

Murió a las 4.30 de la madrugada en su casa del barrio El Molino, donde tenía su propio estudio jurídico. Lo encontró el hombre que convivía con él, un predicador de la Iglesia Evangélica de General Pico, religión que abrazó estando preso.