Intentó robar un kiosco pero el empleado lo molió a golpes
El delincuente terminó internado en el Hospital Cestino con custodia policial y esposado a la cama.
Ocurrió este domingo por la tarde en las calles 46 entre 186 y 187.
20/06/2023 - 00:00hs
Una mujer resultó baleada en el marco de una sangrienta entradera que tuvo lugar en su vivienda ubicada en la parte oeste de nuestra ciudad.
Los voceros consultados explicaron que todo se desarrolló durante la tarde del domingo en un inmueble localizado en las calles 46 entre 186 y 187, donde una banda de cacos ganó el interior de la propiedad y redujo a los presentes.
Bajo amenazas de todo tipo, les exigieron la entrega del dinero que allí había y todos los elementos de valor, joyas incluidas. Una fuente dijo que, al no encontrar el efectivo que pretendían, le dispararon a la dueña del lugar, de unos 20 años, quien sufrió una lesión ósea luego de que el proyectil impactara en su rodilla.
Tras el balazo, los intrusos huyeron y se perdieron de vista, y tampoco se sabía nada de ellos hasta el cierre de la presente edición.
Los vecinos de la zona aseveraron que no se trató de un caso aislado, sino que sufren a diario la creciente inseguridad, y los mismos comerciantes juran que son asaltados de manera cotidiana. Tanto que no descartan llevar a cabo una manifestación que incluya un corte de tránsito sobre la avenida 44, con el fin de ser escuchados por los encargados de la seguridad.
Otro ataque por parte de los malvivientes se dio en un departamento de El Mondongo, ubicado en 68 entre 1 y 115. Allí, aprovechando que no había nadie, recorrieron las instalaciones y se adueñaron de 400.000 pesos, joyas y hasta la escritura de otra casa. Los portavoces señalaron que los damnificados se habían ausentado cerca de 12 horas, lapso aprovechado por los hampones para llevarse todo lo que consideraron de interés.
Ahora los detectives de la comisaría Novena, con jurisdicción en la zona, analizan las cámaras de seguridad para poder en primer término identificar a los implicados, y después detenerlos. Sin embargo, permanecen prófugos y nada se sabe de ellos.
Los vecinos de El Mondongo se lamentaron diciendo: “Ya no sabemos qué más hacer para que no nos roben. Esto es un descontrol”.