Secuestrada y abusada en Berisso: harán una rueda de reconocimiento
27/02/2017 - 00:24hs
Ocurrió el sábado por la noche en Arana, cuando un grupo armado irrumpió en la casa de unos quinteros. Había gente tomando cerveza y dos familias se preparaban para cenar. Le dispararon a quemarropa a una víctima, que permanece estable en un nosocomio, y se fugaron con dinero
Pasadas las nueve de la noche del sábado, en 612 y 139, Nicolás caminó en soledad hacia su huerta para dejar plantadas las últimas semillas de los cultivos. A pocos metros de allí, unos amigos volvían de jugar al fútbol y tomaban unas cervezas para apaciguar el sofocante calor. Todo transcurría con tranquilidad hasta que escuchó disparos y salió corriendo hacia la finca de un vecino, confundido y atemorizado por las detonaciones.
“Eran cuatro tipos muy armados. A los muchachos los hicieron tirar al piso en la entrada de la casa, y luego ingresaron al cuarto de mi hermano y al mío. Yo no estaba. A mis dos chiquitos no les hicieron nada. Pero cuando encontraron a mi hermano le dispararon y a mi cuñada le dieron un par de culatazos”, relató Nicolás a este diario aún en estado de shock, horas después del hecho.
La víctima, de nacionalidad boliviana, explicó que su familia y la de su pariente viven en dos habitaciones pequeñas dentro del mismo domicilio, compuesto por materiales precarios como listones de madera, nailon negro y chapas. Se dedican a la agricultura y tienen un pequeño almacén cerca de la propiedad, como muchos de los que viven del cuentapropismo y de la actividad de las quintas en dicha zona de Arana.
Nunca antes, en diez años de vivir allí, les habían robado. Según relató Nicolás, los asaltantes actuaron encapuchados, fuertemente armados y se movían en dos grupos para controlar la situación. El robo duró cinco minutos. “Uno de ellos se quedó en la entrada de la casa apuntando con una metralleta a los muchachos, mientras que el resto fue a punta de pistola a los cuartos. Tiraron a todos al suelo, fue muy feo. Gritaban que querían el dinero, no les interesaba otra cosa. En la casa había una pequeña cantidad que les dio mi hermano, y aún así le dispararon sin que él se resistiera. No estaban drogados, solo creemos que se sorprendieron cuando vieron a los pequeños y a tanta gente que estaba en la casa”, detalló la víctima.
En el grupo de maleantes había un hombre mayor que dirigía los movimientos con una escopeta. Según los testigos, al encontrar un panorama distinto al que se imaginaron, y luego de que un vecino tirara dos tiros al aire como señal de auxilio, huyeron en un Ford Ka negro, no sin antes robar celulares y billeteras. “Uno de los muchachos escuchó que dijeron: Se pudrió todo, y escaparon rápidamente”, contó el damnificado.
Su hermano, de 34 años, recibió tres disparos, uno en la pierna, otro en la costilla y el restante en un brazo. Permanece internado fuera de peligro y estable en el Hospital San Juan de Dios.
“Esta zona era tranquila, pero ahora cada uno o dos meses nos enteramos que le roban a un vecino”, concluyó Nicolás. En el hecho tomó intervención la subcomisaría de Arana.