Crónica de una muerte anunciada: cierra una estación de servicio por mes
Lejos quedó la promesa de la revolución de hidrocarburos que nos inyectaría de energía y soberanía. La falta de combustible, las colas a la hora de cargar, la periódica suba de precios y los cierres de estaciones, son parte del paisaje cotidiano de una política energética que fracasó durante los últimos doce años.
Desde el año pasado, diario Hoy, reflejó los datos revelados por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), en donde se revela la alarmante cifra que en los últimos 15 años cerraron cerca de 2000 estaciones en la Argentina.
En los informes, la entidad consigna que la cantidad se redujo en un 30,5%. Mientras que en 1999 funcionaban 6366 estaciones de servicio en todo el país, en la actualidad esa cifra descendió a 4429. Como paradoja, el relevamiento señala que el volumen de automóviles creció en más de 3 millones en el mismo período.
"Mientras las políticas basadas en el consumo interno motivaron el crecimiento exponencial del parque automotor en el país, pasando de 10.147.931 en el año 2000 a 13.580.831 en 2015, el acceso al expendio de combustibles se volvió cada vez más limitado por el cierre continuo de estaciones de servicios", describe el trabajo.
Las razones subyacentes, apuntan en el sector, responden, por un lado, a una política de precios bajos y por otro, a una matriz energética deficiente.
El presidente de CECHA, Carlos Gold, explicó que "el incremento constante de los costos, sobre todo en la escala salarial y el aumento de los insumos propios de la actividad, conjugado con un régimen de precios sustancialmente bajos, que en su momento impulsó YPF cuando estaba comandada por Repsol, generó una situación muy dificultosa para la supervivencia de las estaciones, con las denominadas blancas o sin bandera (aquellas que no están vinculadas o integradas con operadores petroleros) a la cabeza".
“Considerando el margen promedio de 8% de una estación de servicio, es necesario llenar 203 tanques de 51 litros, para pagarle el sueldo a un empleado. De esta manera justifican el escaso personal en las estaciones”, argumentó el Presidente de CECHA.
El dirigente correntino, aseguró que a las "blancas" también se les complica más garantizarse el abastecimiento frente a un déficit energético porque "las petroleras priorizan el abastecimiento de sus propias redes".
Por su parte, el presidente de la Federación de Entidades Independientes Expendedoras de Combustible, Luis Malchiodi, manifestó su preocupación por el cierre progresivo de las estaciones de servicio en la provincia de Buenos Aires.
“En los últimos 7 años cerraron 3000 estaciones de servicio en todo el país. La zona más afectada es el Conurbano bonaerense donde se encontraba la mayor concentración de comercios relacionados al combustible” afirmó Malchiodi y precisó que la mayoría "no tienen forma de reconvertirse", ya que "son negocios que están construidos para eso y prácticamente no tienen otra finalidad".
Admitió que algunos pueden transformarse en un lavadero o en un negocio de venta de autos, pero que las opciones son limitadas.
Por otra parte, manifestó que sólo las estaciones de servicio que están ubicadas en zonas céntricas pueden ser vendidas para el negocio inmobiliario. "Los demás tiene que cerrar y abandonar su lugar", concluyó Malchiodi que puntualizó los problemas sociales que provocan estos cierres al eliminar fuentes de trabajo.
“Tendría que haber un mayor control del gobierno provincial sobre las estaciones de servicio de hidrocarburos que por distintas circunstancias se ven obligadas a cerrar en la provincia de Buenos Aires”, concluyó Machioldi.
La escalada de cierres, muestra el informe, se puede visualizar en forma más nítida si se analiza el impacto por provincia. Las más afectadas son las más grandes, donde hay mayor parque automotor y por ende, mayor demanda de combustibles. La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, pasó de tener 2616 estaciones en 1999 a 1564 en 2015. El declive tampoco hizo distinciones de empresas. Las tres más grandes sufrieron el golpe por igual: YPF contaba con 2534 estaciones de servicio en 1999 y hoy tiene 1527; Shell pasó de tener 1077 en 1999 a 618 en 2015 y Esso (hoy Axion), de 977 en 1999 a 500 en 2015.
