Por las inundaciones, se sembró solo la mitad de soja prevista
Un 45,2 por ciento del área estimada de soja de 19,7 millones de hectáreas fue implantada, con un retraso del 11 % anual, mientras que se retomó la siembra de maíz, que es tardío y en total alcanza al 52,4 % en todo el país.
Los $ 14.000 millones de pérdidas potenciales estimadas para el sector agropecuario tras las inundaciones que se registran en buena parte de la zona núcleo pampeana desde agosto pasado equivalen a tres años de utilización de fertilizantes.
Para el centro de estudios económicos de SRA, el rojo productivo será aún mayor si el clima sigue castigando o, aunque no lo haga, las aguas se retiren y se pueda cuantificar lo arrasado que quedaron campos, equipos, propiedades y caminos.
Hasta la semana pasada, previo a las lluvias del jueves 22 que en algunos sectores del oeste bonaerense superaron los 150 milímetros, se contabilizaban 7,3 millones de hectáreas pampeanas afectadas, 3,4 millones de las cuales se encontraban bajo el agua.
Ernesto Ambrosetti, economista jefe del centro de estudios de SRA, explicó que la paralización de las tareas rurales afecta tanto a la siembra de soja, de maíz y la actividad en tambos y cría de ganado.
Mientras que los productores de la región bonaerense afectada por anegamientos e inundaciones lograron implantar el 50 por ciento del área prevista para soja de primera.
"Lentamente en la zona núcleo maicera ha comenzado la siembra de lotes tardíos de maíz con destino grano comercial", informaron los técnicos respecto del cereal.
A nivel nacional fue sembrado el 52,4 por ciento del "área tentativamente proyectada en 3.4 millones de hectáreas para la campaña en curso (2012-2013).
"Registramos un avance de siembra intersemanal de 2,4 puntos porcentuales, pero manteniendo un retraso interanual de 12,4 por ciento", sostuvieron.
Ganadería
En cuanto a la ganadería, sostuvo que por muerte de animales y menores terneros para la próxima zafra (nacimientos hacia el otoño) se ven afectados casi un millón de cabezas, y una pérdida que supera los $ 2.800 millones. A eso se agregan unos 400.000 viajes menos en camiones por menor actividad en la cosecha fina y gruesa.
