La historia de Eugenia Laprovittola, jugadora
del fútbol femenino de Independiente y fanática de Gimnasia que reclama el apellido de Maradona. Actualmente vive en Berisso,
donde habló con El Clásico, contó detalles de su vida y de la lucha que lleva adelante por conocer su identidad.
En las últimas semanas, el nombre de Eugenia Laprovittola apareció en la órbita del mundo Maradona. La joven de 25 años, que nació en el mismo hospital que Diego, inició una investigación buscando conocer su identidad y saber ni más ni menos si es hija del mejor jugador de todos los tiempos. Su estilo de juego es similar al de Pelusa, actualmente se destaca en Independiente pero confiesa que su gran sueño es ponerse la número 10 del Lobo. En diálogo con diario Hoy, Eugenia habla de absolutamente todo.
—¿A qué edad empezaste a jugar y cómo te definirías en unas pocas palabras?
—Juego a la pelota desde que tengo uso de razón, la cantidad de zapatillas que le rompí a mi vieja son incontables (risas). Si me tengo que definir, creo que me caracterizo por hacer jugar al equipo, distribuir la pelota y si puedo llegar a zona de definición mucho mejor. No me interesa quién haga el gol sino que el equipo gane. Mi posición es la de número 10, me gusta encarar y llevarme la mayor marca posible para liberar a una compañera.
–¿Qué opinión te merece el avance en la profesionalización del fútbol femenino y dónde habría que hacer hincapié para seguir progresando en ese sentido?
–El fútbol femenino aún no es profesional, creo que se logró una semiprofesionalización. Para seguir avanzando, deberían empezar a transmitir todos los partidos y no algunos, para darle mayor visibilidad a las chicas. Hoy en día ponés cualquier canal de fútbol y te pasan hasta la Liga de Bielorrusia pero no hablan del femenino. También creo que hace falta más ayuda económica y acortar la brecha salarial que existe entre los hombres y nosotras.
—¿Cómo fue esa charla con tu mamá biológica en la que te enteraste que podrías ser hija de Diego Maradona?
—Los primeros datos que coincidían con mis papeles de adopción me los acercaron unos periodistas y a partir de ahí comencé la investigación. Lo único que quiero decir sobre mi mamá biológica es que yo no la juzgo, le tengo respeto porque es la persona que me dio la vida y creo que hizo lo mejor que pudo en su momento.
—Antes de esa charla, pudiste estar con él. ¿Cómo fue el encuentro con Diego en su llegada a Gimnasia?
—Tuve varios encuentros en los últimos meses. El primero fue en Estancia Chica cuando él había renunciado y los hinchas nos movilizamos para que vuelva. Me escondí abajo de unos bancos y cuando apareció, le grité Diego te amo. Me pidió que me acerque y nos pusimos a hablar. Las otras veces ya lo vi como Diego persona, me demostró una humildad y una humanidad terrible.
—Mucho se habló sobre tu aparición y los intereses que pudieran existir en el medio. ¿Cuál es tu propósito en todo esto? ¿Qué te gustaría aclarar y cómo viviste el fallecimiento de Diego?
—Antes que nada quiero aclarar que si no había dado ninguna entrevista hasta el momento es porque soy bastante vergonzosa y porque quería tener todo claro en mi cabeza. Mi propósito es saber mi identidad, tener el apellido que me corresponde por intermedio de la Justicia y conocer mis raíces. Es verdad que no estoy interesada en lo económico, no es algo por lo que pierda el sueño. Se va a hablar mucho pero no vivo del qué dirán, entiendo que estoy dentro del mundo Maradona y eso genera exposición. Estaba internada en el momento del fallecimiento y cuando me dijeron no lo podía creer. Al día siguiente me dieron el alta y me quería ir al velorio pero no me autorizaron. Lloré mucho, no entendía lo que estaba pasando y no quería entenderlo tampoco. Fue emocionante la despedida de la gente, jamás había visto algo igual.