La cátedra del Profesor

Cuando cuatro meses atrás en el tiempo escribí y dije por todo tipo de medios, del país y del exterior que, hasta la aparición de la vacuna contra la Covid-19, el fútbol no debía reiniciarse ni en sus entrenamientos, me quisieron crucificar e inmolar. Era obvio, porque iba contra el negocio y la industria del fútbol.

La ignorante Conmebol y la AFA, respondiendo a presiones, hasta se animaron a poner fechas de inicio a las competencias.
Calmaban a las fieras que ponían los dólares antes que la vida. Y hoy vemos cómo los mismos que insistieron en que volviera el fútbol (como si fuese una actividad esencial, que no lo es) son los mismos que dicen que los análisis son poco exactos, que las burbujas no sirven (era algo muy obvio), que los protocolos son violados.

Y lo peor de todo es que no se disculpan. Ellos mismos, hasta la indignación, insistían, como si fueran infectólogos de toda la vida, que ya era hora de que el fútbol volviese a reinar. Hacen y deshacen. Dicen y se contradicen. Presionan por algo y luego, por lo opuesto, vuelven a presionar. O son ignorantes o caraduras. ¿Están presionados o incentivados?
Que alguien los perdone porque no saben lo que hacen… ¿realmente saben?

Pero para quien suscribe no hay ni habrá “ni olvido ni perdón”. El vivir y el subsistir no le deberían dar margen ni a los incapaces ni a los interesados.