Nigeria venció 2 a 0 a Islandia con un doblete de Ahmed Musa, el delantero que sacó de la cárcel y le dio trabajo a sus amigos, y que además le devolvió la esperanza a la Argentina de clasificar a octavos
La desilusión, bronca y tristeza aún se mantienen, pero es cierto que bajaron considerablemente luego de la victoria de Nigeria sobre Islandia, que dejó a la Selección Argentina con grandes chances de acceder de ronda en la Copa del Mundo de Rusia.
Sin embargo, no hay que desviar el foco y sí tomar como ejemplo al nuevo héroe de los argentinos: Ahmed Musa. Este delantero nigeriano, quien desniveló un partido trabado ante los Vikingos en el complemento, cuando primero resolvió con categoría y luego sentenció la historia desparramando al arquero Hannes Halldorsson, tiene una historia de vida muy particular.
Debutó en su seleccionado a los 17 años; hoy tiene 25, juega en el CSKA de Moscú y tuvo un paso por Leicester de Inglaterra, aunque volvió a Rusia para tener continuidad. Incluso, siempre le convirtió a la Argentina (a tener en cuenta el martes).
De todas maneras, y a pesar de que siempre integró las categorías menores y disputó varios torneos internacionales con la camiseta de su país (e incluso rechazó ser el subcapitán), tiene en su currículum una serie de anécdotas increíbles: compró, con el pase al Leicester, una estación de servicio en su ciudad natal, donde puso a trabajar a sus amigos que estaban en condiciones inhumanas. Para colmo, pagó la fianza de otros que estaban en la cárcel y también les dio un puesto. Para copiar, más aún cuando en la Selección Argentina sólo se habla de rupturas…
Lo cierto es que, más allá de estos goles que le dieron una vida más al cuadro de Messi y compañía, esta historia tiene que ser una “Musa” inspiradora para este equipo.