Messi se refugió en Barcelona y su futuro es incierto
La Pulga arribó en soledad a España y rápidamente buscó contención en su familia para intentar superar otra frustración con la Selección. Con la herida abierta: ¿sigue o es el final?
El escenario fue impensado. Tan solo un par de cámaras, y un puñado de hinchas y periodistas fueron testigos del arribo de Lionel Messi a Barcelona, su casa. La Pulga traspasó la puerta del aeropuerto catalán por su cuenta, sin escoltas, seguridad privada y en silencio. Casi a solas. En el acceso a la salida y al mando de una camioneta negra lo esperaba Antonela, su mujer. Un beso y rápidamente a su principal refugio: la familia. A cicatrizar las heridas. A analizar y definir qué hará de su futuro con la camiseta que le generó más dolores de cabeza que alegrías: la de la Selección Argentina.
Por el momento, su decisión es un gran interrogante. Más allá de las especulaciones y los rumores, a diferencia de lo que sucedió tras perder la final de la Copa América en EE.UU cuando anunció su retiro, en esta oportunidad prefirió el silencio.
A la distancia, y cerca de sus afectos, Messi podrá observar qué sucede con Jorge Sampaoli y el recambio que pretenden instalar desde la AFA para luego definir. De él depende.
La mayoría dejó Bronnitsy
Tras la derrota ante Francia, los jugadores que tenían destino europeo ya dejaron Bronnitsy. A la Pulga se le sumaron Di María, Higuaín, Agüero, Ansaldi, Fazio, Banega, Rojo, Mascherano, Otamendi y compañía. El resto del plantel regresará, junto al cuerpo técnico, a Buenos Aires con el vuelo chárter que saldrá entre hoy o mañana desde Rusia.