Detrás de la victoria 1 a 0 ante Bélgica hay una explicación: talento joven, apuesta a las Inferiores y unión por el objetivo: volver a ser campeones
El documental “Les Bleus” explica a la perfección el conflicto social y racista que vivió (y vive) Francia, pero basado en el fútbol en los últimos 20 años. Y eso se tomó en cuenta para hoy disfrutar de su éxito deportivo: volver a ser finalista de un Mundial.
Detrás de la victoria 1 a 0 sobre Bélgica en la semifinal de San Petersburgo tiene sus razones: una base del equipo Sub 20 campeón del 2013 (Areola, Umtiti, Tolisso, Pogba y Thauvin), una renovación total en el plantel (Deschamps dejó afuera a los Evrá, Koscielny, Ribéry, Benzema, Payet y compañía) y una unión de raíces africanas (el 70% del plantel lo es) para dejar de lado las discriminaciones y apostar a ser campeones del mundo una vez más.
Francia lo hizo, pero con un elenco excepcional. Tiene todo lo que representa el fútbol moderno: un arquero sólido (Lloris), una defensa veloz que le aporta gol (Varane y Umtiti); laterales frescos que cumplen con todo; la mejor dupla de volantes centrales (Kanté y Pogba) y un ataque que entiende todo con la inteligencia de Griezmann, la colaboración de Giroud y el talento descomunal de Mbappé.
Ayer, frente al poderío ofensivo belga, armó un cerrojo, buscó jugarle de contra y lastimó con lo mejor que sabe hacer: la pelota parda. A los 6 minutos del complemento, Umtiti anticipó a Fellaini y venció a Courtois.
Bélgica no encontró el hueco y se basó en la individualidad de Hazard, que no tuvo la compañía de De Bruyne ni el olfato de Lukaku.
De esta manera, Francia jugará su tercera Final del mundo, y en apenas 20 años. Ganó en 1998 (3-0 a Brasil) y perdió en 2006 (por penales frente a Italia). El domingo, a las 12, esperará por Inglaterra o Croacia.