La tarde soñada para una gran familia del fútbol local: estreno de los pibes del “Beto” Avalos
"El Clasiquito"
18/06/2016 - 17:11hs
¿Cómo explicar el fenómeno de un club de barrio si no empezamos por el convencimiento de las voluntades humanas que desprovistas de intereses sólo ansían dejar en sus pasos por este mundo uno de los “mayores capitales” capaces de multiplicar el bien: la niñez.
“Acá somos siete personas que venimos hace más de 25 años. En San Cayetano, nos miramos y nos conocemos”, cuenta Ruben Landa, con una voz que lleva el sentimiento de un hincha y es la cabeza presidencial del Club y miembro directivo de LISFI. Con sus enormes lentes oscuros, sentado en un poste de luz horizontal, disfruta del partidito de la 2005.
A pocos metros están esos inclaudicables, gambas, hombres de fierro, o como guste llamarse a quienes nunca abandonan: Fabián Febrer, Ramón Macías, Mario Martínez, Nicolás Landa y Felipe Giugno, quien atraviesa un percance en su salud que no lo manda para atrás. Sólo aplica eso que le hace falta al mundo: amor (el que percibimos en él es tan refinado como el de un muchachito). El sexto integrante es Jonatan Hernández, “el único que fue jugador, en la 89”, recuerdan Ruben y Fabián, que comparten comisión, camiseta y apodo... ambos son “El Flaco”. Además, están los nuevos: Martín Pepey y Diego Lovazano ("El Sopa").
De lunes a viernes hacen pruebas
La cancha de 23 entre 38 y 39 es el lugar donde están radicados los verdes (“Las Cotorras”, para los "apodadores" de las instituciones). Allí se entrenan y se afianzan los lazos, “las buenas relaciones, que es lo que más queremos. Han venido técnicos con equipos ya armados a pedirme un lugar… Nooo, dejá, prefiero sacarle jugo a una piedra”, sacó la metáfora Rubén.
Los del “Sanca” están haciendo pruebas. Y quienes están leyendo El Clasiquito del diario Hoy ya saben que pueden mandarse con el pibe: “A partir de las 18 horas, de lunes a viernes”, en la citada dirección del barrio La Loma. Tienen que atravesar un portón y preguntar por Nicolás Landa o Mario Martínez.
Una vez que entren, es probable que no puedan salir más... como decíamos al principio.