La sal no sala y el Bosque endulza
En una tarde que quedó en la historia, los pibes de Chirola Romero lo lograron. Cortaron la racha y los hinchas de Gimnasia volvieron a celebrar un clásico. El Bosque y 7 y 50 se tiñeron de azul y blanco.
gimnasiaTras el triunfo de Gimnasia ante Estudiantes, los jugadores coparon la sala de prensa mientras Nicolás Cabrera dialogaba con los medios. Hubo festejos, cantos y mucha alegría albiazul.
20/03/2023 - 00:00hs
No fue un domingo más. El domingo 19 de marzo del 2023 quedará en el recuerdo de todos en la ciudad. Fue un día histórico en La Plata. Gimnasia le dio vuelta el clásico a Estudiantes, le ganó 2 a 1 y cortó una racha de 13 años y 20 partidos sin poder festejar ante el rival de toda la vida.
Para el Lobo, el Clásico Platense fue la final del mundo. Alan Lescano, Ignacio Miramón y Maximiliano Comba fueron de lo mejor del equipo conducido por Sebastián Chirola Romero. Y, claro, el penal de Cristian Tarragona tenía una carga emocional detrás muy similar a la que en aquel momento tuvo el tiro de Montiel contra Francia. Sin embargo, más allá de las diferencias, en otra escala Gimnasia se impuso a Estudiantes con esta premisa básica para el fútbol moderno: dinámica e intensidad en la mitad del campo de juego.
La intensidad de sus pibes se impuso al letargo del maduro equipo pincha. Fue siempre el local el que tuvo más hambre de quedarse con el clásico de La Plata. Ni siquiera el gol de Boselli a los cuatro minutos paralizó al entusiasta equipo de
Chirola Romero. Hay que reconocerles a los pibes del Lobo el mérito enorme de dar vuelta un clásico que no ganaban desde hace 13 años y 20 ediciones.
Se jugaban mucho en el Bosque. De no haber vencido, Estudiantes hubiera llegado a un récord histórico del fútbol argentino. Ningún clásico tuvo a un equipo invicto en 21 oportunidades. El Pincha frenó en 20. Y claro, los festejos fueron acordes a lo vivido en el estadio Juan Carmelo Zerillo, donde los hinchas se quedaron largo rato celebrando en las tribunas después de finalizado el encuentro.
Fue una fiesta en todos lados. En el vestuario local y también en la conferencia de prensa. Chirola Romero no podía ir porque fue expulsado durante el clásico y el que iba a hablar era Nicolás Cabrera. Pero la sala fue invadida por el plantel del Tripero a puro cantito y gaste: “Un minuto de silencio…”.
Fue un festejo de alegría, pero con mucha carga emocional de desahogo. La angustia de pasar tanto tiempo sin ganar un clásico ya quedó atrás. Gimnasia ganó y el festejo duró hasta la madrugada de hoy.