En Estados Unidos ya hablan de la crisis del cine
15/08/2017 - 03:49hs
En diálogo con este medio, la periodista criticó “lo frívolo” del mundo del espectáculo y afirmó que por la inseguridad “ya no te encontrás con las estrellas en la calle”
Hija del reconocido periodista Cacho Rubio, Alejandra Rubio eligió la misma profesión, pero con el objetivo de hacer algo distinto: investigar el lado oculto de los famosos, resaltar sus historias de vida y darle voz a aquellos que no miden en el minuto a minuto de la televisión. Abocada a su programa de radio, en una charla con Hoy hizo un repaso de su extensa carrera, siempre inmersa en el mundo del espectáculo.
—¿Cuándo empezaste a hacer periodismo?
—Tenía 17 años y empecé haciendo notas de espectáculos en las que llamaba a los famosos. También escribía sobre esoterismo. Me he metido en lugares raros como centros espiritistas, fue muy divertido. Como vivía en La Plata, viajaba a Buenos Aires, iba a fiestas y hacía algunas entrevistas.
—¿Te pesó ser hija de un periodista?
—Una de las peores cosas que pasé fue cuando me llamaron para trabajar en Fax, con Nicolás Repetto. Yo llevé mi currículum y me dijeron: No es necesario, con tal de que seas un cuarto de lo que es tu papá. Y yo odié eso, porque soy muy distinta a mi viejo.
—Sin embargo, tenés un programa con tu papá y tu hijo...
—Sí, mi hijo, que tiene 14 años y es el productor. Es terrible, mi pequeño Chiche Gelblung, me tiene corta (risas). Además, voy a hacer un programa de televisión que se va a llamar Más aplausos, donde la idea es que los famosos sean reconocidos pero por todo lo que hacen que no se sabe, rescatamos sus otros méritos.
—En estos años, ¿notaste algún cambio en la farándula argentina?
—Creo que por la inseguridad, la farándula ha cambiado mucho. Antes uno salía de recorrida con el micrófono y se encontraba con los famosos en la calle. Hoy no se puede salir mucho, eso hizo que el mundo del espectáculo cambiara un poco. Igual creo que es un buen momento de la farándula.
Pasaron de moda los mediáticos, tenemos muy buenas ficciones y el teatro es bueno, lástima que la situación económica es mala y afecta a las obras, que tienen cada vez menos artistas. Ya no se va a poder ver musicales con grandes producciones, ni esas megaficciones, y los espectadores salimos perdiendo. Hay mucha gente talentosa.
—¿Tenés límites a la hora de contar una información?
—Sí. Fue lo primero que hablé con mi papá cuando elegí la carrera. Él me aconsejó que hiciera todo para nunca tener que cruzarme de vereda, ni que me dé miedo mirar a alguien a la cara. Creo que eso es importante, no joderle la vida a nadie. Yo hago otro tipo de periodismo de espectáculos, ya que el más corriente muchas veces busca agredir, ver cómo dejar al otro en ridículo, y contar cosas de la intimidad que pueden lastimar.
—¿Cómo definirías el periodismo que vos hacés?
—En mi programa demuestro que los artistas son ejemplo de un montón de cosas. El ochenta por ciento de los famosos viene de una familia muy pobre, y contar cómo llegaron, mostrar sus esfuerzos, puede darle pilas a mucha gente para no bajar los brazos.
Me enorgullece hacer un programa que no muestre lo bajo, lo frívolo. Hoy las celebridades no tienen espacio en la televisión, y tenemos tantos artistas a los que no les hacemos homenajes. La mayoría de los famosos no son reconocidos, pero cuando se mueren son ídolos. Como Pocho, la Pantera. Nadie le dio importancia mientras necesitaba una mano, pero cuando se murió fue un ídolo.