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ConciertosTras un intenso año de trabajo, donde su voz llegó a las librerías y no solo a las pantallas, la actriz disfruta de su nuevo paso de comedia en una serie muy “mundial”.
07/12/2022 - 00:00hs
Carla Quevedo brilla en Robo mundial, la nueva serie de Star+, creada y dirigida por Gabriel Nicoli; está escrita por el propio Nicoli, Marcela Guerty, Martín Caamaño y Jesús Braceras. Cuenta cómo un grupo de inadaptados se anima a robar la Copa del Mundo para cumplir sus sueños. Protagonizada por Joaquín Furriel, Benjamín Amadeo y Javier Gómez, hablamos con Quevedo para saber más detalles de la propuesta.
—Tuviste un gran año, las series te permitieron explorar grandes personajes y propuestas...
—Feliz, por suerte haber arrancado pospandemia así con la actividad me pone muy contenta.
—¿Cómo fue volver a la comedia?
—La verdad es que era una deuda pendiente, hace mucho que quería hacer comedia y lo vengo manifestando con la voz, hablando de eso. Tenía muchas ganas porque siempre me llaman para cosas re dramáticas, que disfruto hacer, pero a la vez lo padezco; y me pasó hace añares, con 20.000 besos de Sebastián De Caro, que fue la primera vez que experimenté el placer en un set y pude entregarme a estar presente y a pasarla bien. En general, entre la acción y el corte me encanta lo que hago. La situación del set la suelo padecer bastante: primero porque soy medio fóbica a cualquier situación social y, segundo, porque se vive un gran nivel de tensión al contar historias tan dramáticas. Me tocaron personajes difíciles, que suelo estar muy tensionada y en esa oportunidad me pasó de pasarla bárbaro, y pensé que quería trabajar así; porque es muy mágico ver de refilón a un técnico no pudiéndose aguantar la risa. Así que hacía rato que tenía ganas de hacer la comedia y cuando me escribieron de Star+ y el director, me dieron muchas, muchas ganas.
—¿Cómo fue el rodaje?
—La pasamos increíble, y cuando se transmite eso en pantalla es porque algo pasó en el set. La pasamos muy bien y la serie daba para eso. Siempre la premisa fue hacer algo para que todos nos riéramos. El director tenía esa premisa, sin seguir formulas, porque estamos atosigados de remakes, y profundizamos en otra veta. Nos dio mucha libertad y con Benjamín me morí de risa, es un gran compañero y un gran actor, para mí fue una de las sorpresas más gratas trabajar con él también.
—Tu personaje arranca de una manera y se transforma, ¿cómo fue transitar ese arco?
—El director me dijo que si no existía en la comedia un personaje que sea el espectador, la comedia se caía. Porque el delirio tenía que caer en un verosímil, que creas que son unos dementes, pero que los relaciones a alguien .real; y un poco me enojé porque le dije: “Me llamas para una comedia y me das el personaje más ortiba”. Y él me enseñó algo valioso, que la comedia es circunstancial, porque por ahí vos no tenés los gags y decís algo serio que se contrasta con otra cosa por corte y el espectador estalla; así que hice eso y busqué soltar un poco más la rienda del personaje.
—¿Alguna vez ganaste algo en una promoción?
—Lo único que gané en mi vida fue en un sorteo de patín en el club El Trébol de Haedo, donde competía y al final me gané una ponchera.
—¿La tenés todavía?
—La tiene mi madre, porque yo era chica, pero debería pedírsela. Para Navidad la recupero.
—Bárbara en un momento interpreta a una wedding planner, ¿qué conexión tenés con ese mundo?
—Cero, pero la veta que le encontré fue la de la obsesión, porque podría haber sido muy estructurada, y una de las cosas que primero pensé es de qué signo era.
—Es de Virgo...
—Sí, totalmente, porque si bien con Walter (Amadeo) vive fumada, le gusta tomarse un vino y es una piba relajada, cuando tiene que hacer algo es muy detallada, obsesiva y organizada. Y yo, si bien no soy Virgo, tengo algo obsesivo con mi trabajo, y con eso conectaba.
—¿Qué imaginás si realmente hubiera pasado el robo de la Copa?
—Yo creo que es muy verosímil, todo lo que pasa en la serie es muy verosímil. Tal vez las cosas no salen como las planean y la respuesta de las autoridades es muy verosímil, acorde a aquello que responderían si un grupo quiere negociar resultados.
—¿Qué conexión tenés con el fútbol? ¿Ves el Mundial?
—Estoy mundializada, de hecho estoy preocupada porque en un rato arranca el partido de Brasil y yo tengo notas.
—¿Ves todo?
—Todo, y es muy loco porque mis viejos eran cero futboleros, pero mis primos en mi adolescencia me volvieron futbolera, ellos son de Platense y River, y yo me hice de River. En Estados Unidos bajó un poco la afición, pero ahora soy enferma, me volví fana de River, este año me miré todos los partidos. Yo soy así, soy una piba que o no lo hace o va a fondo. Me comprometo mucho con lo que hago, y pensé que si voy a ser una fan del fútbol, voy a ser una enferma; fui a casi todos los partidos, y con el Mundial estoy en esa.
—¿Hubieras ido al Mundial?
—Hubiera ido, pero no en particular a Catar, porque no es la experiencia del Mundial disfrutable para una mujer joven, pero ya medio que estoy sacando el pasaje para México-Estados Unidos.
—¿Con qué te gustaría que se conecte la gente?
—Que termine esta entrevista y que me digan que nos vamos a Catar, esa era mi fantasía, pero no sucedió. Me gustaría que haya una segunda temporada, mi deseo está, pero uno nunca sabe de estas cuestiones; creo que si bien el núcleo es el Mundial de Fútbol, habla de vínculos, no está cerrada para el nicho futbolero, y creo que los guiños que tiene, si los agarrás, están OK.