El ejemplo a seguir de un protagonista de It
22/10/2017 - 04:00hs
El humorista, recordado por su personaje de Naboletti, habló sobre la televisión actual en la Argentina. Además, se refirió a sus otros trabajos como músico y artista plástico
Si bien es reconocido como actor cómico, Juan Acosta también tiene otros trabajos, como lo son las artes plásticas, la música, la radiofonía y la crítica acérrima hacia la televisión actual.
Su carrera en los medios de comunicación comenzó tiempo atrás y su interpretación más popular fue la de Naboletti, el personaje que encarnó durante una década en el ciclo de humor de Antonio Gasalla.
En la actualidad, Juan divide sus días entre la conducción radiofónica de un programa de rock, la creación de sus cuadros y esculturas y los preparativos del nuevo álbum de Navegando desde Adentro, la formación musical que lo tiene como guitarrista y cantante.
Durante una charla con diario Hoy, el intérprete se refirió a su multifacética trayectoria artística.
—Formaste parte de la mítica película Esperando la carroza y trabajaste durante una década en los programas de Antonio Gasalla, ¿fueron momentos “bisagra” en tu carrera?
—En el momento en que surgieron las propuestas no tomé conciencia. En cuanto a la película y al programa, me presenté a los castings y los hice. Años después se convirtieron en momentos “bisagra” para mi recorrido profesional. En el arte, los tiempos son otros.
—En la profesión, ¿lograste cierta estabilidad económica o siempre hay que reinventarse?
—Fidel Pintos decía: Hoy te comés el faisán y mañana, las plumas. Hay momentos en que surgen posibilidades y otros en los que no. Es todo un tema para quien se considera un artista que trabaja de esto: a veces te va bien, otras más o menos y otras mal. No estoy salvado económicamente como puede estarlo Guillermo Francella, que tiene una estabilidad holgada. En mi caso, tengo que seguir trabajando.
—Además de actuar, te dedicás a la música y a la pintura, ¿cómo surge el interés por esas disciplinas?
—Desde chico me gustaba dedicarme a cosas que me hicieran feliz. Mi papá era picapedrero, entonces le usaba los cortafierros y con un martillito hacía música. La verdad es que cuando uno quiere ser creativo puede llevarlo a cabo de muchas maneras. Cuando se es un artista multiple choice, es decir, con múltiples actividades, siempre se está atento a las oportunidades. El año pasado tuve la chance de grabar para un canal y dije: Aprovecho la movida. En esa instancia, lo hice y me fue bien. Se trata de aprovechar el momento.
—Tus pinturas fueron compradas por Moria Casán y Nicolás Repetto, además de ser vendidas en el exterior…
—Trato de vivir de esto, estoy produciendo una exposición en formato pequeño. Aunque con lo que más gano es la actuación, siempre que puedo también estoy en la música. Actualmente trabajo en rearmar la banda y ya nos vinculamos con un productor. De cualquier manera, siempre pongo como prioridad a la felicidad, entonces Juan Acosta pinta, hace música y actúa, todo con mucha felicidad.
—¿Qué opinión te merece que las producciones teatrales y audiovisuales sean protagonizadas por mediáticos?
—Considero que todos deben tener su oportunidad. Sin embargo, lo que noto es que mucha gente solo quiere ser famosa, no desea ser actor o actriz. Entonces aprovechan la situación y algunos zafan. Creo que hay que estudiar: les preguntás si conocen a Tennessee Williams y no saben de quién hablás. Desde el punto de vista intelectual, me parece una mier..., aunque si solo quieren actuar y divertirse, que lo hagan. En cuanto a nivel desarrollo es pobre, es una cag...
—¿Cuál es tu mirada sobre la televisión actual y la vorágine mediática por el rating?
—Una vez, Pepe Parada me dijo: Lo que no hacés vos, lo hace otro. Muchos de nosotros no hicimos cosas que hoy las llevan a cabo otros, y de esta manera hay de todo en la televisión. El cualquierismo es un ejercicio donde cualquier bol... opina, hace y deshace, poniendo la cara. Este es un país de chusmas porque hay una infinidad de personas que quieren saber sobre la vida de los otros, es así cómo triunfan los chusmeríos. La culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer.