Arbolito, 20 años por los caminos de Latinoamérica
24/11/2017 - 14:50hs
Son la banda sensación del rock nacional contemporáneo y este próximo sábado 2 de diciembre van por su apuesta mayor: presentarán su disco Agua Ardiente en su propio barrio de La Paternal ante unas posibles cinco mil personas en el estadio Malvinas Argentinas. Santiago Moraes, una de las voces de Los Espíritus, cuenta intimidades del camino: “Tenemos una forma de trabajo que nos gusta y que no queremos cambiarla por nada”.
Pibes de barrio que de golpe comenzaron a llenar estadios sin darse cuenta. “Es algo que nos sobrepasa”, dice Santiago Moraes -una de las voces- de esta banda nacida en La Paternal en 2010 que 7 años más tarde, en 2017, vive su momento de explosión que quedará registrado para siempre en sus retinas. El 1 de mayo sacaron Agua Ardiente -tercer disco del grupo- y el boom fue instantáneo: llenaron todas sus noches del Teatro de Flores, brillaron en el Rock al Parque de Colombia, cruzaron a Chile, volvieron a México, rebalsaron el Polideportivo de Gimnasia en La Plata y aterrizaron en el Viejo Continente para contagiar con su groove latino a ciudades de España y Francia.
Los Espíritus es una banda de rock-blues con psicodelia latinoamericana que nació de la mano de Maxi Prietto -guitarra y la otra voz de la banda- cuando definió armar un grupo para tocar sus canciones solistas pero la fuerza tribal de los ensayos terminaron por poner el proyecto colectivo en primer plano. Así fue como se armó la rueda y comenzó a girar por el mundo. Ellos son: Santiago Moraes (guitarra y voz), Martín Fernández Batmalle (bajo), Felipe Pipe Correa (batería), Miguel Mactas (guitarra), Maxi Prietto (voz y guitarra) y Fer Barrey (percusión y coros).
-¿Cómo viven este momento de crecimiento de la banda y la fecha más convocante del próximo sábado 2 de diciembre en su propio barrio?
-Sobrepasa nuestra capacidad de asombro. Nosotros cuando empezamos a tocar en este grupo, nunca pensamos en llenar un estadio. De ninguna manera se nos ocurrió eso. Es algo que fue pasando mucho más allá de nuestra imaginación, y está buenísimo tocar en Malvinas Argentinas, acá en La Paternal, porque es a cuadras de donde nosotros vivimos y tiene un significado especial porque es un lugar familiar.
-¿ Cuándo diste tus primeros pasos en la música?
-Yo nací en Palermo Viejo, en la calle Humboldt y Costa Rica, pero comencé a incursionar a los 16 o 17 años cuando fui al colegio Nicolás Avellaneda y me crucé con Maxi. Yo era fanático de la música y escuchaba desde Tom Waits a Pixies, o Syd Barret a Velvet Underground. Entonces Maxi me hizo notar eso y me dijo: “por qué vos que tanto te gusta, no tenes una banda y tocas un instrumento”. Así fue que me compré una guitarra y empecé a tocar, pero más que nada en mi casa. No formé parte de un grupo hasta muchos años después.
- ¿Cómo empezaste a componer tus canciones?
- Yo no sabía tocar la guitarra y tuve que aprender solo -o en sí- mirándolo a Maxi tocar que él ya tenía un par de años tocando y tocaba muy bien. A mí me impactó mucho cuando lo conocí porque era una persona especial, que podía hacer cosas que no podíamos hacer todos. La primer canción que recuerdo haber aprendido es Wish you were here de Floyd que me la pasó él, y después con los acordes que sabía, empecé a hacer mis canciones.
-Los Espíritus también suenan a trenes, a calles suburbanas…¿De donde vienen esas historias y paisajes que narran canciones como Perro Viejo?
-Yo andaba mucho en tren porque tenía unos primos que vivían en Berazategui, entonces me iba todos los fines de semana para allá. Siempre salía de Constitución en tren hasta Berazategui. Como no tenía guita, era el medio de transporte más popular para viajar, así que ahí viví un montón de cosas. Aquellos años 97 hasta 2000, el país se estaba hundiendo: había mucha pobreza, desesperación y caras largas en la calle. Todo eso se mama y se incorpora. No recuerdo habérmelo cruzado a Maxi en el tren, pero él si iba mucho para provincia también porque trabajaba (mayorista de golosinas en Florencio Varela) quizá tomábamos el mismo tren al mismo tiempo, y en la misma época.
Santiago tuvo unos buenos años de paréntesis en la música. Primero intentó su primer grupo junto a Maxi que se llamó Da femme-ins pero al momento de grabar el conjunto se disolvió y Prietto armó su viaje al cosmos con Mariano. Santiago cuenta que se dedicó al cine -trabajó en una productora audiovisual hasta el año pasado- y que más tarde la música iba a volver a ser protagonista en su vida.
-¿ En ese tiempo hubo un parate en tus proyectos musicales?
-Claro, yo me dediqué a conseguir un trabajo, un oficio en sí además de la música y a tratar de encajar en ese mundo. Tuve un periplo bastante nutritivo por un lado y engorroso por otro porque no era algo que tenía demasiadas ganas de hacer. En ese momento tenía 23 años y no pensaba dedicarme a la música. No sabía muy bien a qué me iba a dedicar, pero trabajaba en el cine. Hice eso durante 10 años, hasta el año pasado.
-¿ Después el camino con Los Espíritus te mostró otra posibilidad?
-Sí, el año pasado me di cuenta que quería dedicarme a la música exclusivamente, así que tomé la decisión de que sea como fuere iba a vivir de ella, entonces dejé de trabajar de lo otro para trabajar en tiempo completo en la música.
La banda arrancó en 2010 y fue la consecuencia de zapadas efervescentes en la casa del bajista del grupo- Martín Fernández Batmalle- en el barrio de La Paternal. Santiago cuenta que se colgaban casi 2 horas tocando una misma canción en el ensayo que iba mutando por distintos paisajes y climas. Todo lo grababan y luego se sentaban a escuchar con agudeza a ver cuáles eran las joyas sonoras que podían convertirse en canciones. Así fue como nació Lo Echaron del bar, un riff de bajo que Prietto le puso una letra improvisada y quedó casi como la canción que más tarde se subió a Bandcamp y se convirtió en la número 1 de la FM Reactor de México en 2012.
-¿ Cómo se gesta esa conexión de Los Espíritus con Latinoamérica?
-Somos latinoamericanos. A mi no me sorprende tanto, en un principio sí, pero cuando viajamos para allá a Mexico y Colombia entendí la conexión: nos encontramos con que la gente que nos iba a ver no sólo que conocía la música sino que se sentían muy representados con las canciones. Después me di cuenta de que era algo muy natural, que tiene que ver con que tenemos un mismo estilo de vida. Las canciones nuestras que describen a la sociedad, también los representan a ellos. Tenemos vidas parecidas con Mexico, Colombia, Chile y Uruguay. Somos todos parte de lo mismo. Si vamos a tocar a Holanda a Rusia, yo que sé, será otra cosa.
-Ahora vienen de girar en Europa, estuvieron en España y Francia… ¿Cómo fue ese primer contacto con el viejo continente?
- Estuvo increíble, casi ningúno de nosotros había ido a Europa. Ir a mostrar lo que hacemos e ir a ver también otra realidad. Nos recibieron fantásticamente, el primer lugar que fuimos fueron como 400 personas en Sala Razzmatazz de Barcelona, se cantaron los temas y se bailaron todo. Tocamos como 2 horas y pico y estuvo increíble y super intenso. Después empezamos a viajar, alquilamos una camioneta e íbamos para todos lados manejando nosotros. Tocamos al aire libre, en el marco de la fiesta del Pilar con familias enteras en la calle, vestidos de época, estaba buenísimo y estaban todos de fiesta.
Al día siguiente tocamos en Francia en Burdeos, que también son experiencias muy distintas porque en Burdeos tocamos para 30 o 50 personas. O tocamos también para 15 personas. Después, tocamos en Sala Copernico de Madrid para 300 personas.
-Se viene una fecha clave en Malvinas Argentinas, también tuvieron una gran experiencia en el Polideportivo de GELP en octubre con la afluencia de mucho público y de distintos palos…¿ Les llama la atención lo variopinto que puede ser el público que va a verlos?
-A mi me llama mucho la atención que viene gente de distintos palos y de distintas edades. Muy diferentes en cada recitales. Hay gente grande, gente de 17 años. Nosotros tenemos treinta y pico y estamos en otra etapa de la vida, son distintos los mundos que convergen pero todos lo disfrutan y lo entienden. Significa que estamos haciendo algo que junta a todos esas personas y que no tiene que ver con ningún encasillamiento. A mi me pone muy contento eso, es un lindo camino para recorrer.
-¿Qué es lo que se viene en Los Espíritus?
-Vamos a tocar en Malvinas -Gutenberg 350- y después nos vamos a tomar unos días para descansar porque fue un año intenso. Después retomaremos la gira porque nos quedan lugares que visitar y re visitar con la presentación de este disco que queremos seguir tocando. El plan es que siga Agua Ardiente girando. No tenemos apuro por volver a grabar inmediatamente, la realidad es que este es un año muy agitado para nosotros, las giras nos cambió mucho la vida a todos. Hay ensayos de canciones nuevas, que las hay, pero tenemos que tomarnos el tiempo de trabajarlas para hacerlas bien.