Luciano Cáceres apuesta al teatro: “La llama está encendida”

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"Un matrimonio estancado, con un hijo adolescente en pleno despertar sexual; mucho calor, departamento en zona Congreso, Capital Federal, sin aire. Chupan vino. Chupan vino para pasar el día y sostener esto que es insostenible”. Esta es, según Luciano Cáceres, la trama que explora El ardor, la obra que lo tiene haciendo temporada en Mar del Plata en un doble rol: el de protagonista y director. 

De acuerdo con el intérprete, que suele involucrarse en proyectos de gran envergadura y en otros que rozan el under, la historia de esta propuesta teatral, creada por Alfredo Staffolani (un “pibe joven con buena pluma”, según Cáceres), se rompe con la “llegada de un primo del interior, del Paraná, que viene a alterar el orden, a despertar los deseos que están ocultos, y a movilizar todas las relaciones de esta familia”. Allí, El ardor: una comedia dramática, para reírse mucho, para emocionarse, que invita a la reflexión. “En la carpa o la sombrilla, podés seguir hablando sobre ella”, afirma 

Cáceres en una charla distendida con diario Hoy desde la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium de la ciudad balnearia.

Acompañado por Valentina Bassi, Joaquín Berthold y Santiago Magariños, la obra se presenta de viernes a domingos con entradas populares y descuentos para estudiantes y jubilados. “La sala Piazzolla tiene una programación enorme, de todos los géneros y estilos, para que la gente se pueda acercar a ver teatro a un precio más accesible. Desde allí eligieron esta obra. Querían hacer un autor joven, bonaerense. Me llamaron para dirigirla, los tiempos corrían y no había  un actor. Me insistieron y estoy contento”, dice Luciano. Sonriente, sus ojos de un azul profundo se encienden. 

“Es un rol intenso, la apuesta es muy grande, y estoy muy bien acompañado por mi equipo. Es un poco esquizoide: soy actor y además estoy tirando indicaciones, a los compañeros, a los iluminadores”, relata.

Estreno, compañeros y algo más…

“Tuvimos un estreno increíble. Es una sala muy grande, 1.800 localidades, para cuatro actores”, reconoce Cáceres y no es para menos. El ardor no es una puesta teatral como las que acostumbran llegar a Mar del Plata. Esta producción tranquilamente podría estar en una sala de calle Corrientes, en un espacio más reducido, pero ahí está el desafío según el intérprete: “Es un teatro hermoso, estamos muy felices por apostar a otro tipo de teatro, distinto al que ofrece la temporada habitual de Mardel”.

Pero no solo la obra es el gran atractivo de esta propuesta, para Luciano, compartir sus horas de trabajo con Bassi, Berthold y Magariños ha sido una gran recompensa. “Trabajé con Valentina en Teatro por la Identidad, en pelis y tele. Es un vínculo hermoso, son grandes actores, tienen mucho teatro. Son profesionales con mucho oficio, disponibles, obedientes pero también muy libres. Valentina no había trabajado conmigo como director, pero se entregó a esta locura que propongo. Mis obras suelen ir a festivales internacionales y esperemos que con esta también podamos girar”, comentó ilusionado el actor, que a pesar de llevar más de 30 años de profesión aún siente el mismo pánico que le causó salir a escena por primera vez. “En el momento en que dicen apaguen sus teléfonos celulares siento un miedo terrible, digo: ¿Qué estoy haciendo aquí?, pero está bueno, quiere decir que la llama está encendida”, confesó Cáceres.