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10/04/2017 - 03:36hs
Del fanatismo por la música a la amistad. A partir de mañana, en la Usina del Arte se podrá ver una muestra con las imágenes de su libro y otras fotografías de sus 17 años retratando a la banda
El fotógrafo Martín Bonetto nació en Olavarría pero se crió en La Plata y dice que se siente “platense por adopción”. En su vida como reportero gráfico experimentó en su propia piel una frase de su colega Steve McCurry, uno de los fotoperiodistas más importantes del mundo, quien dijo una vez: “Si sabés esperar, la gente se olvidará de tu cámara y entonces su alma saldrá a la luz”. Es que la banda de Adrián Dárgelos, Babasónicos, lo convirtió en uno más del grupo y desde hace años lo lleva en sus giras y shows. Todo ese material generó un libro llamado Momentos Babasónicos y una muestra que está girando por el circuito cultural desde el año pasado y ya se presentó en el Estadio Único de La Plata, en el marco del festival Provincia Emergente. Antes de la inauguración en la Usina del Arte de Buenos Aires, que comenzará mañana y se extenderá hasta el 14 de mayo, Martín habló con diario Hoy.
—¿Cuándo elegiste tu vocación?
—Fue aproximadamente en el año 1994. Había terminado el secundario, estaba estudiando diseño gráfico y empecé a tener inquietudes fotográficas porque quería hacer mis propias imágenes para usarlas al diseñar. Así que primero llegó como herramienta y con el tiempo fui descubriendo lo que era la fotografía documental y el fotorreportaje, más allá de la artística o la publicitaria que ya conocía. A la vez empecé a meterme más de lleno en la música. Comencé a trabajar como diseñador para algunas bandas y terminé como fotógrafo, que era lo que quería. Además no quería ver más computadoras por un tiempo, pero al final, con el tema digital, tuve que volver a usarlas (risas).
—¿Cómo fue la creación de ese vínculo con los artistas que va más allá del trabajo?
—Yo fotografiaba bandas platenses, porque soy amigo de siempre de Facundo Soto, cantante de Guasones, e inicié con ellos mi práctica. Cuando entré a trabajar en un medio gráfico empecé a acreditarme para hacer fotos en shows grandes y movidas en Capital, ya que antes eso era muy difícil para alguien de La Plata. No era fácil llegar, en todo sentido, a Buenos Aires. Yo era fanático de Babasónicos y comencé a ir a sus recitales con la cámara. Primero los retrataba desde el vallado, después los conocí en un camarín y a partir de ese momento si me encontraba en una fiesta con los chicos me quedaba con ellos charlando. Después empecé a hacer fotos para el diario en el que trabajo, y ellos empezaron a pedir que yo fuera a las notas porque les gustaba cómo trabajaba. Vinieron los viajes, las giras junto a ellos, y en esos 17 años de relación terminamos teniendo una amistad a la fuerza (risas). Y a la fuerza de la fotografía.
—¿En qué contexto surgió el libro sobre Babasónicos?
—Estábamos en una gira en México, festejando en el camarín, y Adrián me dijo que le parecía que con todo el material que había surgido ahí, más todo lo que había juntado con los años, estaba bueno pensar en hacer algo como un libro. Yo lo veía como una locura, le dije: No, pero cómo hacemos. Y me contestó: Vos ponete a trabajar que yo me encargo de la parte de la gestión. Entonces, empezamos con la edición de las fotos, a organizarlas, reemplazando algunas o cambiándolas de lugar y finalmente salió.
—¿Cómo es la muestra y qué expectativas tenés?
—Ya la fui paseando por distintos lugares: el Estadio Único de La Plata, el museo del MAR, en Mar del Plata, y Rosario. Quería exponerla en Capital y salió lo de la Usina del Arte. En cada sitio le sumé cosas nuevas. Por ejemplo en Mar del Plata agregué un ensayo sobre la vez que tocaron en el Teatro Colón, y ahora va a tener una parte nueva, que es un video en el que hay una cantidad enorme de imágenes para que la gente pueda ver y tome dimensión de estos 17 años sacando fotos en sus shows. Mis expectativas son que eso se vea reflejado y además ver en la inauguración a todos mis amigos fotógrafos de Buenos Aires y a los fans de Babasónicos.