Shakira decidió que su tiempo en Europa había terminado.
Por un lapso de diez años, la cantante colombiana Shakira y el futbolista Gerard Piqué formaron una pareja soñada y fundaron una familia con la llegada de sus hijos Milán y Sasha. Además, decidieron instalarse en el Viejo Continente para que el futbolista de primera línea pueda retomar sus tareas y ella seguiría con sus conciertos en el exterior.
Sin embargo, como no todo lo que brilla es oro, las asperezas llegaron para quedarse y los rumores de infidelidad fueron un hecho. Los famosos dejaron pasar unas semanas para dar cuenta de la separación y emitieron un comunicado a través de una agencia que rezaba: “Queremos comunicar que hemos firmado un acuerdo que garantiza el bienestar de nuestros hijos y que se ratificará en el juzgado, como parte de un trámite meramente formal. Nuestro único objetivo es aportarles la mayor seguridad y protección, y confiamos en que se respete su intimidad. Agradecemos el interés mostrado y esperamos que los niños puedan continuar con sus vidas con la privacidad necesaria, en un entorno seguro y tranquilo”. Allí pidieron respeto y siguieron por separado.
A los días, el futbolista presentó a su nueva novia ante su mesa chica. Se trataba de una recepcionista que estudia una carrera universitaria de nombre Clara Chía. En ese contexto, Shakira decidió que su tiempo en Europa había terminado, y deseaba volver a Estados Unidos donde trabajaría en los lanzamientos de sus singles que integrarán sus próximos discos que vaya sacando.
Se radicarán entonces en una casa de su propiedad, mientras que ella costeará los pasajes de avión necesarios para que el ex visite a los chicos cada vez que desee y las obligaciones así lo permitan.
A pesar de ser una gran decepción para los seguidores de una de las parejas doradas de la farándula, los famosos están acordando sus divisiones de bienes y la manutención de los hijos en común. Por otro lado, saldaron sus deudas con el fisco español que los demandó por evasión. Los representantes legales de ambas partes pudieron definir al acuerdo final como óptimo para asegurar el bienestar de los menores. Asimismo, destacaron los esfuerzos de los interesados para arribar a un consenso sin necesidad de un juez. Es por ello que la gran parte de los temas a tratar se llevaron a cabo en el ámbito de lo privado.