La nave tripulada despegó ayer desde las instalaciones de Cabo Cañaveral después de dos aplazamientos hacia la Estación Espacial Internacional.
La compañía estadounidense busca una alternativa a los ya eficientes cohetes y naves de SpaceX para expandir la habitabilidad en el espacio.
Tras varios intentos y dos años de retrasos, Boeing lanzó por primera vez astronautas a la Estación Espacial Internacional para una estadía de una semana.
Dos pilotos de prueba de la NASA despegaron a bordo de la cápsula Starliner de Boeing desde Cabo Cañaveral. Según precisaron desde el organismo espacial norteamericano, se esperaba que el viaje de Butch Wilmore y Suni Williams durara 25 horas.
A las 12:08 hora argentina la nave Starliner se había separado del cohete Atlas V y empezó a funcionar con sus propios motores. Cinco minutos después, la nave alcanzó oficialmente la órbita.
El objetivo de la misión es poder proporcionar transporte seguro, fiable y rentable en las misiones de estaciones espaciales, lo que permitirá tiempo adicional de investigación.
En total, el vehículo consta de una cápsula y un módulo de servicio. La cápsula mide 4,5 metros (15 pies) de diámetro, que es un poco más grande que una cápsula Apolo pero más pequeña que la cápsula Orión que la NASA está utilizando como parte del programa Artemisa.
Los astronautas pasarán poco más de una semana en el laboratorio en órbita antes de volver a subir a Starliner para un aterrizaje remoto en el desierto del oeste de Estados Unidos programado para el 14 de junio.
“Hemos tenido algunos problemas en las últimas semanas. Sé que es muy fácil perder la paciencia mientras se espera a que se produzcan los lanzamientos. Pero como ya he dicho antes, merece la pena esperar lo bueno y espero que estén de acuerdo conmigo en que el lanzamiento de hoy ha merecido definitivamente la pena esperar”, dijo Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA.
Vale destacar que el lanzamiento de ayer fue el tercer intento con astronautas desde principios de mayo, después de un par de problemas relacionados con los cohetes, como por ejemplo una pequeña fuga de helio en el sistema de propulsión de la nave espacial que también provocó retrasos.
Antes de despegar, el astronauta Butch Wilmore, dijo desde el interior de la cápsula: “Todos sabemos que cuando las cosas se ponen difíciles, como suele ocurrir, los duros se ponen en marcha, y todos ustedes lo habéis hecho. Pongámonos en marcha, pongamos algo de fuego en este cohete”.