Vecinos de Tolosa realizarán estudio privado del agua
La medida se tomó luego de que el agua saliera marrón en tres viviendas.
Fueron halladas en Avaris, la antigua capital de los hicsos, un pueblo extranjero que dominó el Antiguo Egipto. Esta práctica se conocía a partir de inscripciones en tumbas y templos, pero es la primera vez que se encuentra evidencia física.
06/04/2023 - 00:00hs
Una serie de manos amputadas, halladas en tres fosas, ubicadas en el patio de un palacio construido hace más de 3.500 años en el norte de Egipto, podría ser la primera evidencia física de una inusual práctica ritual documentada únicamente en inscripciones en antiguas tumbas y templos.
Los marcadores anatómicos indicaron que las manos son de al menos doce adultos. Una vez que estas fueron separadas meticulosamente del antebrazo, fueron depositadas en las fosas con los dedos bien extendidos y la palma hacia el suelo.
“Pertenecían a al menos once hombres y posiblemente a una mujer, lo que puede indicar que las mujeres y la guerra no eran mundos diferentes”, sostienen los autores del estudio en su artículo publicado, según informa Science Alert.
Según los expertos de este nuevo estudio, se trata de la primera vez que los arqueólogos encuentran y analizan las manos amputadas reales. Asimismo, revelaron que no es posible establecer si las personas estaban con vida cuando se realizó la amputación de sus manos, sin embargo, la evidencia sugiere que el desmembramiento habría ocurrido poco antes de una ceremonia, con cortes realizados con mucha con precisión.
Vale remarcar que las inscripciones y los relieves de las tumbas y los templos egipcios representan manos mutiladas o amputadas ya en el Imperio Nuevo, entre los siglos XVI y XI aC.
Los profesionales que realizaron los estudios determinaron que eran manos derechas, que se encontraron originalmente en 2011, enterradas en tres fosas separadas en el patio del palacio hicso en Avaris/Tell el-Dab'a en el noreste de Egipto.
“Después de quitar las partes adheridas del antebrazo, las manos se colocaron en el suelo con los dedos abiertos, principalmente en los lados palmares”, remarcan los investigadores.
Y completaron: “Las manos cortadas sirvieron como moneda simbólica para la adquisición de estatus dentro de un sistema de valores que celebra la guerra y el dominio, como argumentan otros estudios bioarqueológicos en contextos geográficamente diversos”.