En este mundo convive el arte del cómic, el cine, los libros, el animé, la manga y hasta los videojuegos. Sus fanáticos pasan horas trabajando y gastan fortunas para disfrazarse de esos personajes que tanto admiran.
El cosplay llegó para quedarse y, aunque parezca algo nuevo, su historia se remonta varias décadas atrás. Surgido de los Comic Market japoneses que se realizaban en Tokio por la década del 70, allí se juntaban muchos jóvenes vestidos de personajes de animé, cómics, videojuegos o manga. Con el paso del tiempo, cada vez fueron más y más los que se sumaron al mundo del cosplay, que trascendió las fronteras del mundo entero. También hay otras versiones dando vueltas, como la que dice que la creación de la palabra es de Nobuyuki Takahashi del Studio Hard, o la que habla de que la primera vez que sonó el término fue en 1983 en la revista My Animé.
Diario Hoy habló con dos cosplayers de profesión que brindaron información de primera mano, ya que ambos llevan más de diez años haciendo esto. Se trata de Ana y Sebastián, que además son pareja y se unieron precisamente por su amor a este arte.
“Lo que hacemos tiene un enfoque cultural, no es un juego. Está dedicado a la representación realista de una idea o un personaje de ficción; hay variantes según la intensión, el contexto, obvio, porque entran en acción la representación física por el disfraz y dramática por lo que le queramos dar”, explica Ana riéndose.
Por su parte, Sebastián agrega: “Para mí empezó siendo un hobby, pero hace tiempo dejó de serlo porque sacando lo que gastamos en nosotros dos, lo demás va a los disfraces. Antes lo mío era más bizarro, hecho con lo que tenía a mano o dos pesos. Es más, creo que a Ana le dio lástima eso y se acercó a mí”.
Diferentes tipos de cosplays
La pareja explicó a este medio que no hay solo un tipo, sino que existen diferentes clases y que además se llaman de maneras distintas porque ocupan otros roles.
El cosplay básico es cuando la persona se disfraza de su personaje favorito con lo que tienes a mano, sin fabricar nada.
Otro tipo es el crossplay, que tiene como característica disfrazarse del sexo opuesto. El kigurumi es el disfraz de cuerpo completo basado en un personaje de animal (“hacer esto es carísimo” comentó Sebastián, “las pieles, los cueros, todo caro”). Finalmente hablaron del handmade cosplay, que significa hecho a mano; es un cosplay barato y artesanal. “Es la manera que empezamos y la que recomendamos. No gastar plata hasta no saber que te gusta porque la verdad, a veces da vergüenza disfrazarse”, cerró Ana.