CULTURA

El escritor platense Julián Axat saca a pasear a Los perros del cosmos

Este poeta de la ciudad de las diagonales lleva una decena de libros publicados, y ahora lanza al espacio su nueva obra.

Interés General

28/10/2020 - 00:00hs

Julián Axat es un abogado de sólida formación profesional, que actualmente se desempeña en la Dirección General de Acceso a la Justicia de la PGN.

En su último libro, Los perros del cosmos, repone en un lugar de gratitud y reconocimiento a los perros pioneros de los vuelos espaciales, a los cosmonautas que se convirtieron en parte del cielo, mensajeros interestelares que contribuyeron al misterio de expansión del universo.

El libro se apoya sobre una gran base documental que, en lugar de entorpecer el vuelo, hace más seguro el despegue de cada poema. Las aventuras espaciales que tanto nos han hecho soñar vuelven aquí a cumplir su más bello cometido: “Cada texto fue pensado para ser contado a mi hija Matilda (de 10 años) antes de dormir”.

Como un planeta más orbitando junto a otros, este libro se integra con naturalidad al universo poético de Julián Axat. “El tema es una suerte de continuidad con mi anterior libro Cuando las gasolineras sean ruinas románticas. Trabajo registros de poesía documental, basados en relatos de la épica espacial, a partir de una cita del diplomático Henry Kissinger en medio de la guerra fría”, dice el autor.

Le recordamos a Axat que Ray Bradbury –alguien que incursionó como pocos en esas mismas temáticas–, solía guardar en un baúl los títulos que se le iban apareciendo, y quisimos saber si el título de este libro lo improvisó o lo tenía previsto en alguna vieja anotación: “Prefiero improvisarlos. En realidad me los voy topando por el camino. Por ejemplo, Perros del cosmos nace de un relato del poeta ruso Yevgueni Yevtushenko, de su libro Tierra de bayas publicado en 1984, y que leí este año. En ese texto se habla de varios episodios en la vida de Yuri Gagarín, donde los cosmonautas son referidos como perros; es decir, continuadores de la tarea de Laika, la perra espacial que fue el primer ser vivo en llegar al espacio”.

La escritura de Los perros del cosmos significó para Julián Axat regresar a las napas más profundas de su infancia: “Siempre me llamó la atención la ciencia ficción, desde chico curioseo, entro en las librerías y elijo ese estante”. Una pasión que siguió cultivando a lo largo de su vida: “En poesía me influencié mucho con la poética de Juan Jacobo Bajarlía, que tiene unos poemas de ciencia ficción impresionantes”.

Unir el universo y la poesía en el nombre de un escritor es aludir de alguna manera a Ray Bradbury, autor muy valorado por Julián Axat: “Bradbury fue un gran poeta, y eso por lo general no se sabe. Creo que sus novelas nacen de su poesía sobre el universo y el futuro”.

Pero tratándose de escritores que embarcaron a sus lectores en viajes espaciales empieza por Julio Verne: “Mi abuelo era fana de Verne. Tenía todos sus libros en su casa, que entre los nietos nos pasábamos para leer. Él soñaba y viajaba con Verne y nos transmitió esa pasión. Los viajeros y buscadores de lo absoluto son en el fondo una suerte de poetas salvajes, ya sea la Luna, el faro del fin del mundo, el centro de la Tierra, el fondo del mar, el África profunda, etc”.

Pero no solo la literatura, sino también el cine abordó profusamente la temática: “A propósito de Verne, podría decirte que mi último libro, Perros del cosmos, nace de un par de películas. Dos películas documentales del cineasta chileno Patricio Guzmán han sido esenciales para mí, Nostalgia de la luz, de 2010 y Mi Julio Verne de 2005. También de las películas Gagarin, Contacto; Juan, el primer astronauta argentino. Muchas de estas películas están homenajeadas explícitamente en el libro”.

Es curioso hacer esta caminata espacial por la literatura y el cine en medio del aislamiento preventivo impuesto por la pandemia. “Bueno, la cuarentena por su encierro genera una suerte de síndrome astronauta, y a la vez, paradójicamente, el síndrome del preso que viaja mirando por los barrotes las estrellas. El mejor ejemplo ha sido para mí el revolucionario de la Comuna de París, August Blanqui, quien en su celda escribió La eternidad a través de los astros, una hipótesis poético-astronómica sobre la infinita multiplicación de los mundos y seres en las estrellas. Perros del cosmos, también nace de esta épica”.

Para terminar la entrevista, le preguntamos si ya tenía prevista la presentación del libro. “No lo sé aún, estoy viendo. En realidad no tengo apuro, mi idea era presentarlo en el Observatorio Astronómico del Bosque de La Plata, o en el Planetario de Buenos Aires”, afirmó el autor.

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