Tiene 94 años y se mantiene en forma yendo al gimnasio con personas que tienen hasta la mitad de su edad. Hace mandados, camina por Tolosa y por La Loma, y cuando le sobra tiempo confecciona artesanías. La historia de la vecina que cautiva a todos por su fuerza de voluntad.
En tiempos donde sobran motivos para quejarse, replantearse el futuro o andar buscando explicaciones por la delicada situación económica que afecta a la clase media en el país, Mabel Ruiz despierta suspiros y elogios durante todas las mañanas de otoño en el barrio de La Loma.
Se trata de una vecina de 94 años que entrena en el gimnasio Kinisys, de 33 entre 13 y 14, y demuestra una fuerza de voluntad que inspira a otras personas que tienen la mitad de su edad y no se quieren quedar atrás con los ejercicios.
Oriunda de Tolosa, pero con una “rutina” fija en el ambiente de la calle 33, Ruiz es alumna de la profesora Paula Sequeira, quien desde hace casi veinte años da clases en el mismo lugar.
A dos meses de cumplir 95 años, Mabel se convirtió en un ejemplo para muchas personas que se excusan en el frío para abandonar el gimnasio y, en contacto con diario Hoy, confesó “el secreto de la longevidad”.
—¿Cuál es el secreto de llegar a esta edad y querer venir al gimnasio?
—Soy así, es mi manera, mi temperamento. Fui ama de casa, y también trabajé cuando fui más grande. Quise salir de mi casa y estaban armando un lugar para tener pacientes con una médica psiquiátrica, me tomaron a mí. Nunca dije no sé, me decían: ¿sabés tal cosa?, y decía, sí. No sabía escribir a máquina porque había que hacer todas las historias clínicas. Tenía 58 años. Eran dos mujeres las que me iban a tomar y cuando me vieron no se imaginaron que iba a buscar trabajo.
—¿Cuándo empezaste el gimnasio?
—Hace muchos años, y tendría 40 años. Vivía en Buenos Aires y después me vine para acá, a Tolosa. Hará 20 años que estoy acá o más. Si estoy en un lugar y me mudo a otro, lo primero que busco es un gimnasio y lugares donde hacen artesanías, que también me gusta. Pinto y dibujo, voy a un taller, en el gimnasio hago lo que pide.
—¿Qué comés a los 94 para poder venir al gimnasio?
—Como de todo, pero no mucha cantidad. Frutas, verduras, carnes, pescado. Me han hecho estudios y no es que lo tengo muy sano a mi cuerpo, he tenido operaciones. Tuve cáncer de mama y fui operada. A los 10 días de operada, la oncóloga me dijo: “Seguí gimnasia, empezá lo antes posible”.
—¿Fumaste alguna vez?
—Sí, fui fumadora, en eso me porté mal. Hasta bastante tiempo fumé.
—¿Te gusta mucho el deporte?
—Me gusta mirar fútbol y carreras de autos.
—¿Qué les dirías a las personas que no se animan a empezar el gimnasio?
—Le diría que pensara y que mueva el cuerpo, que no deje nunca de hacer alguna actividad física; si no quiere ir al gimnasio, que camine.
Las recomendaciones de la profe Paula Sequeira
Este multimedio también conversó con la profesora Paula Sequeira, quien se mostró orgullosa de tener una alumna “ejemplar”.
—¿Qué significa para vos tenerla de alumna con tanta fuerza de voluntad?
—Un orgullo, viene siempre todos los martes y jueves a las 8:10 de la mañana, llueva o truene... Alguna vez falta, pero muy rara vez. Y de acá, después de hacer toda la clase no se queja, siempre se va a hacer algún mandado, algún trámite, de acá sigue. Además, que esté tan bien con todas las cosas que ha pasado en su vida y la ideología que tiene, su estilo de vida, siempre positiva, a pesar de las cosas malas que a uno le pasa.
—¿Tenés algún recaudo para Mabel?
—Ella es muy prolija con el tema salud, se hace todos los chequeos; ha tenido algunas cositas, como cualquiera.