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Un complejo trabajo señala la importancia de las prácticas culturales.
13/12/2023 - 00:00hs
De un padre y una madre altos, la genética predice hijos altos. Pero las cosas no son tan sencillas. Al menos 697 variantes genéticas están relacionadas con la altura. Además, al margen de los genes, el entorno, en particular la dieta, afecta al resultado final: el fenotipo. Ahora un complejo trabajo señala la importancia de las prácticas culturales. Sus autores han indagado en lo que medían los primeros europeos que se dedicaron a la agricultura en los inicios del Neolítico, hace entre 8.000 y 7.000 años.
La investigación, apoyada en datos de más de 1.200 restos humanos, indica que ya entonces los que vivían en el norte del continente eran más altos que los mediterráneos. Pero el estudio revela algo más intrigante e inesperado: la diferencia de altura entre hombres y mujeres era mucho menor en el sur. Aunque no está probado que así fuera, todo indica que a los niños norteños los alimentaban mejor que a las niñas.
Ayer como hoy, los europeos del norte eran más altos que los de la península ibérica y la península itálica, pero prácticamente iguales a los balcánicos. Es lo que muestra el estudio de los restos de casi 1.300 personas datados entre hace 8.000 y 6.000 años, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Nature Human Behaviour. Para medirlos usaron la longitud del fémur como aproximación a la altura. “Los antropólogos han trabajado durante décadas en el desarrollo de ecuaciones para estimar la altura de una persona en función de la longitud del fémur”, dicen los expertos.