Padres de alumnos tomaron la Escuela Especial Nº 515
13/06/2017 - 04:00hs
El actual vicepresidente institucional de la UNLP ratificó que aspirará a la presidencia de la casa de altos estudios. Tras deslizar críticas al Gobierno, admitió en diálogo con este medio que entre sus prioridades estarán el incremento en la cantidad de graduados, el debate por una nueva Ley de Educación Superior y la retención de profesionales
El 25 de octubre próximo, tres días después de que los argentinos emitan sus votos en las elecciones de medio término, la comunidad educativa de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) volverá a las urnas para dar inicio a un proceso electoral de particular relevancia.
Porque, al mismo tiempo que se definirá la integración de los consejos directivos de las 17 facultades y el Consejo Superior de la casa de altos estudios, de este cronograma -que se extenderá hasta el 17 de noviembre- saldrá también la composición de la Asamblea Universitaria que en abril de 2018 deberá elegir al sucesor de Raúl Perdomo en la presidencia de la UNLP. A ese cargo, el cual Perdomo no aspira a renovar, se postuló el actual vicepresidente institucional de la academia platense, Fernando Tauber.
La candidatura de este arquitecto, doctor en Comunicación y docente, quien ya ocupó el sillón presidencial entre 2010 y 2014, es acompañada por un amplio consenso académico, tan diverso como “histórico”, reconocen en su entorno y destacan su capacidad para aglutinar a los sectores más disímiles.
Pero en su espacioso despacho de la Vicepresidencia del Rectorado, donde recibió a este medio, Tauber manifestó no sentirse necesariamente artífice del apoyo recibido y, en cambio, prefirió hablar de la “madurez” del sistema universitario para establecer “coincidencias” y superar las diferencias partidarias.
—¿A esta altura puede afirmar que la grieta no permeó en la UNLP?
—Es que está bien que en la universidad existan todos los partidos políticos, pero no debe ser partidaria. Nos equivocamos cuando una institución se identifica con un partido político, porque es ahí donde se produce la grieta. Todos pusimos la UNLP por delante del pensamiento partidario y en ese marco planteamos el modelo de universidad que queremos.
—¿Cuál es ese modelo?
—El próximo gobierno iniciará con el centenario de la Reforma Universitaria de 1918 y nosotros somos una institución reformista, que, entre otras cuestiones, defiende la autonomía, la gratuidad y el ingreso irrestricto. En otras palabras, entendemos la universidad como el ámbito de debate de los temas que interesan a la sociedad, como bien público y derecho humano universal.
—¿La sanción de una nueva Ley de Educación Superior estará entre los desafíos de los próximos años?
—Desde ya. Esa Ley, sancionada en 1995, contradice la educación universitaria que uno defiende, por lo que se hace necesaria una nueva norma.
Para Tauber, quien fue uno de los impulsores de la reforma a la Ley que desde 2015 garantiza la gratuidad y el ingreso irrestricto, la modificación ocurrida hace dos años “representó un avance importantísimo”, pero consideró “necesaria” una iniciativa que contemple “el progreso de los pueblos en el acceso al conocimiento”. En este punto, reclamó que los estudiantes “sean capaces de redactar un manifiesto como el de 1918, configurando la universidad de nuestros tiempos”, porque “son los protagonistas centrales de la educación pública. Ellos nos tienen que guiar y manifestar su mirada fresca sobre la universidad que necesita nuestra patria para los años venideros”.
—¿Cuál es su mirada al respecto?
—A medida que se modifican los escenarios, cambian las prioridades. Una década atrás, cuando se inició el Plan Estratégico de la UNLP (que Tauber dirige desde 2004), teníamos serias deficiencias de infraestructura, faltaban docentes, el presupuesto era mínimo. Desde entonces la institución creció mucho. Hoy somos una comunidad educativa de 160.000 personas y las demandas son otras: por ejemplo, producir más graduados, generar más profesionales.
—¿Cómo se logra generar más graduados?
—Conteniendo a los estudiantes, viendo cómo podemos disminuir el tiempo real de duración de las carreras sin reducir un mínimo de calidad. Luego hay que retener los recursos humanos formados, es una obligación diseñar políticas para que los pibes no se vayan y son estas condiciones las que terminan de delinear el perfil de una universidad.
Entendiendo a la UNLP como una herramienta “fundamental” en el desarrollo del país, Tauber evaluó que la institución académica no puede alejarse de la agenda social ni pasar por alto temas como la inseguridad, la pobreza o el acceso a los recursos básicos. Ese diálogo con la sociedad, consideró, marcará el horizonte de la UNLP.
—¿Cree que el Gobierno se hace eco de estas prioridades?
—Nosotros tratamos de comprometer a todos los sectores del Estado para que se involucren en la agenda de la UNLP. Me preocupan, por ejemplo, los episodios complejos que atraviesan los investigadores del Conicet. No puedo ser espectador ante eso y vuelvo a poner como prioridad la retención de los recursos humanos formados. Nosotros nos hemos propuesto tener una patria con más igualdad y las circunstancias de las políticas gubernamentales no van a torcer esa historia centenaria que ya madura con amplio consenso en la UNLP.
—Es decir que, pese a la coyuntura, habrá una continuidad en la política universitaria.
—Nosotros llegamos con un proyecto que leyó los cambios de escenarios, tanto en el país como en el mundo, y vamos a sostener nuestros objetivos, a sabiendas de que hay momentos en que los vientos de cola ayudan a avanzar y otros, como el actual, en el que hay que poner mucha más energía.
—¿Cuál es su principal preocupación en este contexto?
—Este es un momento en el que la UNLP tiene que hacer un gran esfuerzo. Con el anterior gobierno la universidad pública tuvo un avance importante y aspiramos a que lo siga teniendo con esta administración. El presupuesto por más de $5.000 millones alcanzado el año pasado es una buena señal, pero nos preocupa el conflicto docente, lo ocurrido en el sector científico y que las paritarias no hayan cerrado, porque el 87% del presupuesto universitario se compone de salarios y esas negociaciones se vuelven determinantes para definir nuestros recursos.
—¿Ve señales de alarma en torno a la educación pública?
—No quiero tomar un partido definitivo hasta no tener señales concluyentes. Sí puedo decir que, si coincidimos en la universidad pública como una línea fundamental para el progreso del país, trabajaremos juntos. En cambio, si la universidad pública se ve amenazada, reaccionaremos como lo hará todo el sistema universitario.
Dificultades en el ingreso a Medicina: la opinión de Tauber
Desde que en 2015 se modificó el artículo 50 de la Ley de Educación Superior, la Facultad de Medicina debió quitar las restricciones al ingreso. Sin embargo, aunque actualmente no haya examen ni curso eliminatorio, muchos estudiantes afirman que el “filtro” recae en la exigencia de las evaluaciones durante el primer año.
Al respecto, Fernando Tauber aseguró que ese hecho “es una realidad que se vive en la Facultad y son sus integrantes quienes tienen que debatir cómo solucionarlo”.
En ese sentido, afirmó que las restricciones para los estudiantes van en contra del espíritu reformista de la Universidad, institución a la que, actualmente, ese debate excede, porque no llega al Consejo Superior. “Es una cuestión de política interna”, delimitó Tauber.
Sobre las vías de solución dal problema, el futuro candidato a la presidencia de la UNLP afirmó: “Las próximas elecciones son una oportunidad para reflexionar sobre esto y evaluar si no hay alternativas que se identifiquen más con el carácter general de la Universidad. Han surgido sectores que proponen miradas diferentes a la actual discusión”.
Compañeros de fórmula
De cara a las próximas elecciones universitarias, en el Rectorado suenan fuerte los nombres de Marcos Actis, actual decano de Ingeniería, y Martín López Armengol, al frente de Ciencias Económicas, como candidatos a las dos vicepresidencias.
Por otro lado, aunque la fórmula no esté cerrada, también se menciona a Patricio Lorente para secretario general -hoy es prosecretario general- y de Aníbal Viguera, actual decano de Humanidades, como secretario académico. La Secretaría de Extensión seguiría en manos de Leandro Quiroga.
Si bien voceros del Rectorado indicaron que todavía no se dieron las conversaciones necesarias para cerrar las candidaturas, esos nombres resuenan con fuerza en un escenario en que, afirmaron, “se vive un clima de amplio consenso”. Ese panorama permitirá “elegir a cada miembro del gabinete de acuerdo a su trayectoria”.
Al respecto, Fernando Tauber aseguró que “hay un clima de coincidencias, por eso el armado del equipo va a reflejar esas concordancias y va a ser muy fértil en la incorporación de representantes de las distintas unidades académicas”. Para ilustrar la situación, el candidato a la presidencia de la UNLP utilizó una metáfora: “Somos un zoológico de animales diferentes conviviendo en una misma jaula. Tenemos que aprender a no comernos entre nosotros, ayudando a progresar a la sociedad. Eso prevalece sobre las diferencias de especie”.