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Quedó establecido a través de un Decreto Presidencial Parlamentario firmado por Cristina Fernández de Kirchner.
Ya sea por el fútbol o por su incansable pelea contra las injusticias, Diego fue puesto en un lugar de adoración, en el que se le perdonó todo y nada a la vez.
26/11/2020 - 00:00hs
La definición de ídolo está vinculada a una figura, persona u objeto excesivamente querido o amado. De acuerdo al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, la instancia de idealización surge como un modelo al que la sociedad intenta ajustarse, y quién mejor que Diego Armando Maradona para ser ese modelo.
La gambeta, su lucha contra el poder de turno y su capacidad de superación lo volvieron un punto de referencia a nivel mundial.
En diálogo con diario Hoy, Jorge Rocco, médico psiquiatra y psicólogo deportivo, señaló que el ídolo “debe tener condiciones que sean satisfactorias para quien lo vaya a adorar”. Luego agregó: “Siempre hay algo que sobresale de la media, ya sea la belleza, la ética, la lucha o, en este caso, el juego. Por eso se constituye en un lugar superior”.
De acuerdo al especialista, Maradona reunía varias características: “Defensor de los derechos prohibidos, enfrentarse siempre con el poder formal y, si bien su vida personal no entra en cuestión ahora, también hizo una lucha de eso”.
El proceso de idealización lleva a la perfección de las cualidades y le da valor al objeto “adorado”. En este sentido, cabe destacar el rol que la opinión de las masas tiene frente al engrandecimiento de una figura. Los ídolos surgen ante la necesidad que tienen los grupos de marcar la diferencia y generar un modelo de identificación.
“El ídolo se construye porque puede llevar adelante un deseo o necesidad que las personas no pueden alcanzar. En lo social, Maradona representaba al desposeído, al que no podía o no llegaba a superar ciertos límites. En lo futbolístico, fue el diferente, el único. Fueron muchas cosas las que representó, incluso esta cuestión del desafío a la muerte”, explicó Rocco.
El ídolo impone modos de hablar, maneras de vestir y de comportarse, y son estas libertades las que lo llevan a perder el contacto con la realidad. “Nunca puede terminar de conectarse porque lo ponen en un plano que es irreal, por eso en algún sentido se le perdona todo, a la vez que no se le perdona nada”, destacó. La vida de Maradona estuvo inmersa en un cúmulo de sensaciones, hazañas, enfermedades, derrotas, errores y acusaciones que parecían no caber en un cuerpo humano. Todas estas cualidades son las que lo llevaron a convertirse en una necesidad, en un descanso para la mente de sus seguidores.
En este sentido, Rocco destaca que “siempre hay necesidad de buscar un ídolo”. “Si hay dos personas en una isla, rápidamente una de las dos se tiene que construir como el capitán, el eje. Es inevitable”, añadió.
En concordancia con las palabras del psicólogo deportivo, el psiquiatra Enrique Pichon-Rivière resaltaba los beneficios de estos personajes, en la medida en que permiten proyectar aspiraciones y deseos, protegiendo al sujeto del miedo.
La identificación con el ídolo ayuda a formar un sentido de pertenencia y genera cierta gratificación en lo que respecta a objetivos colectivos. Asimismo, cuanto mayor sea la coherencia entre esas aspiraciones y el sujeto adorado, mayor será la adhesión.
Si bien estos modelos de identificación tienen un fuerte arraigo familiar, siempre se recae sobre los héroes de la cultura de masas, quienes aparecen como figuras sustitutas que terminan convirtiéndose en personajes míticos.
Pero así como son idealizados y engrandecidos durante toda su vida, no dejan de ser personas de carne y hueso, y ahí es donde aparece otro factor a tener en cuenta: la muerte del ídolo.
En este sentido, Rocco aseguró: “Es como que te sacan el mago que te hacía creer o que te hacía ilusionar con que algo divino o extraordinario iba a suceder. En el caso de Maradona, era un gol, una jugada, el desafiar la ley. Siempre va a haber algo que el ídolo se lleva, y por eso es que dejan un gran hueco”.
Si bien este vacío deja espacio para que aparezca una nueva figura, la sociedad que construyó al ídolo “solo puede llenar ese lugar con el recuerdo”. “Quedará como referente, como un ejemplo a seguir, pero al abrir los ojos ya no está más, y ahí es cuando se comprende que empezó el duelo”, concluyó.