Los argentinos piden nuevas políticas vinculadas al aborto

De acuerdo a un estudio realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, el 74% de los ciudadanos apoya la legalización de esta práctica.

La semana pasada, el Presidente Alberto Fernández anunció que enviaría al Congreso dos proyectos de ley: uno para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo y otro que busca crear un programa para fortalecer la atención integral de la salud en la mujer durante el embarazo.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen cerca de 25 millones de abortos no seguros. A partir de estas estadísticas, y frente a la posibilidad de que se modifique el marco legal que regula esta práctica, el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires elaboró un estudio centrado en la visión de los argentinos sobre las políticas vinculadas al aborto.

Según la encuesta, el 74% de los ciudadanos indicó que este marco legal debe ser modificado. Mientras el 54% apoya la legalización, hay otro 20% que optó por que se despenalice.
En diálogo con diario Hoy, el director del OPSA, Gustavo González explicó: “Si bien el 76% no tuvo una experiencia personal, el 60% indicó conocer a alguien que sí experimentó en primera persona esta situación, entonces podemos decir que se trata de una cuestión ideológica combinada con experiencias cercanas, lo que lleva a que una persona constituya un marco referencial”.

Asimismo, al consultar a la población qué harían si vivieran un embarazo no deseado (o su pareja, para el caso de los hombres), el 47% indicó que tendría al bebé, mientras que un 31% optaría por abortar. A partir de estos resultados, el trabajo resalta el concepto de “empatía ciudadana”, dado que si bien solo tres de cada 10 ciudadanos preferiría abortar en caso de embarazo no deseado, siete de cada 10 apoyó la legalización o despenalización del mismo.

Si bien estas respuestas a situaciones hipotéticas podrían presentar una gran variabilidad al trasladarse a un caso real, el especialista destacó que se trata de cuestiones “viscerales respecto a la vida, la muerte y el cuidado de la salud”, con lo cual el resultado sería “muy cercano”.

Pese a que no se hallaron diferencias en cuanto a la clase social autopercibida, el apoyo dirigido a la legalización del aborto se vio con mayor peso en mujeres, ciudadanos más jóvenes y en aquellos que no tienen hijos.

En relación a la franja etaria, González señaló que es necesario tener en cuenta aquellas “ideas que se respiran en cada época”. “Son muy distintas las ideas de una persona de 50 o 60 años a las que tiene una joven de 20, y justamente son las que explican estas diferencias que hemos recogido en el estudio”, destacó.

Si bien existe una porción de la población que vincula la legalización con una mayor cantidad de abortos, el 56% de los 3.296 encuestados por el OPSA en el AMBA y en el interior de la provincia de Buenos Aires indicó que el número seguirá siendo el mismo. En concordancia con lo anterior, seis de cada diez personas afirmaron que un nuevo marco disminuiría la mortalidad de las mujeres.

“No se trata de un tema pro-vida o anti-vida, sino de la protección de la salud de la mujer, obviamente con la asociación de si hay vida o no. Más de la mitad dice que el embrión no es una persona, entonces hay coherencia cognitiva”, sostuvo González.
Pese a que la religión se ha manifestado como un factor determinante a la hora de plantear una opinión sobre valores de vida o sistemas de creencias, el director del OPSA destacó que “la gente está cada vez más alejada de algunos dogmas”.

“Ahora estamos por sacar un estudio sobre valores de vida, culturales y creencias religiosas, y lo que nos da es que un gran porcentaje de las personas se definen como agnósticas. Si lo pensamos en términos generales, Argentina es un país mayoritariamente católico, pero creo que de a poco va dejando de serlo y cada vez pesa menos, sobre todo en lo que respecta a algunas prescripciones del catolicismo que han quedado bastante atrás en el tiempo”, concluyó.

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