La memoria discográfica de la ciudad de La Plata
Javier Chalup creó en nuestra ciudad un sello en el que grabaron muchos de los mayores artistas nacionales y una considerable cantidad de músicos locales.
culturaJavier Chalup creó en nuestra ciudad un sello en el que grabaron muchos de los mayores artistas nacionales y una considerable cantidad de músicos locales.
15/01/2025 - 00:00hs
Registros de Cultura es mucho más que una marca comercial. Es la paciente construcción de un catálogo de expresiones musicales que, de otra manera, no habrían llegado al disco o hubieran sufrido las restricciones y los tironeos de las corporaciones mercantiles. El hacedor de ese sello discográfico platense es Javier Chalup, un gigantón apacible de hablar caudaloso y modales afables, dedicado de lleno a la militancia cultural.
Por esos estudios de grabación que operaban en diagonal 77 e/ 11 y 12 de nuestra ciudad, pasaron artistas de la talla de Mercedes Sosa, León Gieco, Victor Heredia, Teresa Parodi, Rafael Amor, Jairo, Quinteto Tiempo, Julio Lacarra, Juan Falú, Hamlet Lima Quintana, Adrián Goizueta y un interminable etcétera que incluye muchos artistas de nuestra ciudad. Javier Chalup no es el Ceo de una empresa, sino la cara visible de un grupo familiar compenetrado en la tarea de registrar las aventuras musicales y poéticas que hacen a nuestra profunda identidad cultural.
Javier Chalup es un yacimiento de anécdotas que, por involucrar a grandes figuras artísticas, trascienden la memoria personal. A veces deriva hacia el nacimiento de algunas canciones históricas, como “Corazón libre”, de Rafael Amor, que diera título a un disco de Mercedes Sosa. Cuenta Chalup que, en luego de escrito el tema, Rafael Amor lo arrojó hecho un bollo; un amigo lo levantó del piso, lo desarrugó y le dijo que era algo bello. Para la grabación de ese tema en los estudios de Chalup, convocaron a Mercedes Sosa, quien aceptó de inmediato la invitación y propuso el día siguiente para la grabación. Chalup recurrió de inmediato a su amigo, el talentoso pianista y compositor Tato Finocchi, quien en tiempo record hizo los arreglos. Recuerda Javier Chalup: “Al día siguiente a media mañana estaban en el estudio Tato con los arreglos, Colo Belmonte con la batería, Pablo Giménez con su bajo, el talentoso Jorge Giuliano con la guitarra, todos venidos de capital y Tato al piano, por supuesto, y antes de las tres de la tarde, ya estaba la base de esta belleza grabada, para que canten Rafael y la Negra”. Claro que hubo pequeños percances, rememorados así: “Habían pasado unos 20 minuto de la hora pactada, Rafael se puso ansioso por saber si finalmente llegaría o no Mercedes y alrededor de las 15:30 hs. Suena el teléfono y atiendo, una voz me dice: Hola Soy Mercedes Sosa y estoy perdida, pregunto como llegar y cada vez estoy más perdida . Es qué nadie conoce la ciudad ”. Lo que vino después fue una fiesta “porque grabar con la Negra esa una ceremonia de placer y talento y como siempre su disposición a quedarse conversando un largo rato intercambiando anécdotas e ideas, un detalle único que tenía eso de los encuentro presenciales y o digitales”.
Entre las más recientes ediciones de Registro de Cultura, cabe mencionarse “Mojones”, un disco –libro de Juan Falú, Teresa Parodi y Liliana Herrero, con textos de Horacio González que van eslabonando, con destreza y erudición, hechos fundamentales de nuestra historia; y un concierto ofrecido por Atahualpa Yupanqui, en Michigan, en 1983, mostrando cuán inagotable sigue siendo ese payador que tradujo en su canto el misterio del paisaje y los andares de los paisanos de esta tierra.
Sin duda es hora que Javier Chalup se siente a organizar el acopio de historias compartidas con tantos artistas, no como ejercicio de legítimo orgullo, sino como forma de contribuir a mantener viva la memoria de tantos grandes artistas que se ha encontrado en su camino.