Rodolfo “Rodo” Capparelli es el fundador del grupo de cicloturismo La Plata Pedalea, un proyecto que su hijo, Alejandro “Poppi” Capparelli, tomó y continuó. Sus integrantes se impulsan no solo con la fuerza de sus piernas, sino también con el empuje de un sueño: recorrer distintos lugares en MTB junto a todos los ciclistas amantes de la aventura que quieran sumarse al desafío.
Viajar es lo más parecido a soñar. Para escapar de la cárcel de la rutina, de ese día a día cada vez más agobiante, no se necesitan hoteles cinco estrellas. Tampoco restaurantes de primera clase o shopping de cristal. Solo con una bici mountain bike en condiciones, un casco, agua y muchas ganas de vivir una aventura se puede llegar a donde sea.
Bajo la organización y guía de Alejandro “Poppi” Capparelli, de 45 años, hijo de Rodolfo “Rodo” Capparelli, fundador del grupo de cicloturismo La Plata Pedalea, este domingo 25 de agosto, Dia de la Independencia uruguaya, más de 200 platenses comprobaron que con solo una mountain bike en buen estado se puede conocer la calle “De los Suspiros”, playas de arena blanca, la Plaza de los Toros, el faro. Y así fue como Uruguay se llenó de ciclistas.
Un contingente de más de 200 ciclistas llegó en ferry a las 10 de la mañana y, ante la mirada atónita de turistas brasileros, norteamericanos, uruguayos y algún que otro argentino, platenses sobre dos ruedas, en grupo y bien abrigados, se pasearon por las calles de Colonia del Sacramento, acompañados por algunos ciclistas locales.
El recorrido empezó en el casco histórico, continuó en la Plaza de los Toros, la playa Ferrando y terminó en la Secretaría de Turismo, donde el grupo de ciclismo hizo entrega de un banderín firmado por todos los participantes.
Hace 11 años que La Plata Pedalea organiza y entrena a todos los ciclistas de diferentes edades y niveles que quieran seguirlos en este sueño loco de recorrer las rutas con el impulso del deseo, la convicción de un sueño y la fuerza de sus piernas. Diario Hoy habló con “Poppi” Caparelli para saber un poco más sobre los inicios de este sueño apasionado que un día, después de varias casualidades y causalidades, se hizo realidad.
—¿Cómo nace La Plata Pedalea?
—El grupo nació hace 11 años, un 5 de agosto. Lo creó mi viejo, Rodo, con un grupo de diez ciclistas que corrían. En un principio era con fines de competencia en las carreras de MTB, estuvieron dos o tres años así, hasta que después eso fue mutando a algo más cicloturístico, de paseo. Vine yo y le cambié la cara al grupo, tampoco me daba para la velocidad, así que se fue dando de otra manera y se terminó haciendo masivo…
—¿Cómo se organizan para que 200 ciclistas circulen en caravana por las calles de una ciudad?
—Hay una logística previa, un trabajo de equipo. Tengo que mencionar la ayuda de mi grupo de coordinadores, sin ellos no sería posible. Alejandro, Vero, Favio, Thiago, Javier, Juampi, la otra Vero. Con ellos fuimos dos veces a Colonia antes de llevar a todo el grupo y teníamos bastante aceitados los recorridos, los lugares donde parar. Siempre hacemos reconocimiento del lugar antes de emprender la aventura para saber dónde comer, las distancias, los lugares donde conviene o no conviene ir…
—¿Hay que tener algún nivel de entrenamiento especial para participar?
—Nosotros hacemos salidas todas las semanas: los miércoles son nocturnas, los fines de semana hacemos pueblitos cercanos: Bavio, Etcheverry, Correas, Arana, San Vicente, Luján. Así nos vamos preparando, y la gente, la gran mayoría, ya nos conoce y tiene una preparación, una continuidad de pedaleo.
—¿Es la primera vez que hacen un viaje así?
—Es la primera vez que salimos del país así, con gran número de gente. Sí hacemos salidas que llamamos “épicas”: vamos alrededor de 200 personas, generalmente, aunque usamos otros medios de transporte, no un buque. Vamos en micro, camiones para las bicis. Hemos ido a Mar del Plata, Miramar, Tandil, Epecuén, varios lugares con esa modalidad.
—¿Qué se necesita para participar de estas aventuras?
—Se necesita una bici en condiciones, casco, y una continuidad de pedaleo. Dos o tres veces por semana, de 20 a 30 kilómetros mínimo. Igual, como somos muchos y la gente quiere parar a sacarse fotos, hay mucho tiempo de descanso. Es apto para todos diría yo.
—¿Son viajes accesibles a nivel económico?
—Tratamos de que las salidas sean lo más económicas posible. Buscamos precios para que las aventuras sean accesible para la gran mayoría, más en estas épocas difíciles.