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Hallan células que podrían generar un avance revolucionario en el desarrollo de vacunas

Descubrieron que células productoras de anticuerpos podrían ayudar a desarrollar inmunizantes nasales.

Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias descubrieron que las células secretoras de anticuerpos migran a los cornetes nasales siempre que estamos enfermos o nos vacunan, y desde allí secretan anticuerpos localmente en la cavidad nasal.

Este descubrimiento podría allanar el camino para vacunas nasales más eficaces y nuevos tratamientos para trastornos del sistema nervioso, alergias y enfermedades autoinmunes. Para arrojar luz sobre el asunto, el profesor Ziv Shulman, del Departamento de Inmunología de Sistemas de Weizmann, y Jingjing Liu, estudiante de doctorado en su laboratorio, decidieron examinar cómo los órganos del sistema inmunitario situados cerca de la nariz y la garganta responden a las vacunas nasales. En los seres humanos, estos órganos incluyen las amígdalas y los adenoides, conocidos colectivamente como anillo linfático de Waldeyer o anillo amigdalino.

En este nuevo estudio, un equipo de investigadores, dirigido por Liu, utilizó técnicas avanzadas de imagenología para analizar la respuesta inmunitaria del cuerpo mediante la obtención de imágenes de órganos del sistema inmunitario completos e intactos de ratones, similares a los de los seres humanos.

Los investigadores descubrieron que cuando se administraba una vacuna nasal a ratones, se desencadenaba una respuesta inmunitaria focalizada por parte de las células B, las principales productoras de anticuerpos del sistema inmunitario. Estas células comienzan su recorrido como células B precursoras, algunas de las cuales tienen el potencial de identificar patógenos.

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