El autor de Trackers en diálogo con Hoy
El escritor sudafricano de literatura policíaca, Deon Meyer, se refirió a la nueva producción basada en su novela.
Diario Hoy habló con tres escritores de la ciudad, que contaron cómo pasan la cuarentena y si existe algo llamado “literatura platense”
13/06/2020 - 00:00hs
El 13 de junio se celebra en la Argentina el Día del Escritor en conmemoración al nacimiento de Leopoldo Lugones, quien fundó la Sociedad Argentina de Escritores. Aunque ya nadie escriba como Lugones, todavía hay intelectuales que, como él, fogonean dictaduras o las reivindican. Pero esto es otra cosa.
La ciudad de La Plata, que vio surgir escritores como Aurora Venturini y Gabriel Bañez, es cuna de una literatura que “tiene una salud revitalizada”, al menos así lo ve el platense Esteban López Brusa, autor de Guanaco y El lecho. “La pandemia me dio cierto asentamiento familiar, casero, que me permitió administrar los tiempos para ser muy productivo. Avancé mucho en la corrección de una novela y también con otros proyectos. Permanecer en casa se ha transformado en un aliado para la escritura”, dijo a Hoy.
Para Cintia Rogovsky, autora de Último verano en Stalingrado, el tiempo en cuarentena estalló por el aire. Tiene proyectos narrativos momentáneamente interrumpidos, aunque sobre su rol como docente de la Unlp dijo: “Escribo muchísimo todos los días, clases y contenidos. Y desde 2007 sostengo el blog Palabras cromáticas. Ese tipo de escritura es de la urgencia. Ese proyecto no me lo quitó la pandemia”.
Por su parte, Pablo Pujol, autor de Cajas chinas y Eneas malherido, aseguró: “Durante el aislamiento gané tiempo para escribir y corregir. Pude terminar mi tercera novela y en seguida me encontré trabajando en otros proyectos”.
Una literatura platense
“Si existe una literatura platense no alcanzo a reconocerla como lector”, señaló Pablo Pujol sobre la posibilidad de una literatura platense. Cintia Rogovsky, en tanto, reconoció que hablar sobre una literatura platense “genera cierta incomodidad porque no sé si hay algo que se pueda llamar así”. Sin embargo, advierte, “los que nos dedicamos a escribir y, a su vez, escribimos en esta ciudad, nacimos o trabajamos en esta ciudad, tenemos aspectos que hacen a nuestra identidad de platenses. Y ahí hay temas que nos pueden resultar convocantes”.
¿Es posible vivir hoy de la literatura?
“La idea de vivir de la literatura se asocia a la idea del escritor que vive de regalías. Pero no es la única manera. Yo soy profesor de Literatura, sería la versión más burocrática de vivir de la literatura. Pero también doy talleres, un trabajo que tiene que ver con la escritura y la lectura. Y esto me permite parar la olla y llevar adelante la familia”, contó López Brusa.
Pujol, por su parte, sugirió que “si vivir de la literatura incluye trabajos como la docencia, los talleres, la edición, la investigación, la crítica, entre otras cosas, hay mucha gente que vive de todo eso. Si, en cambio, hablamos de vivir de la escritura de ficción, ahí la cosa se complica”.
“Yo no sé si alguna vez fue posible vivir de la literatura en América Latina. Salvo los best seller, que es un tema que no tiene que ver tanto con la literatura sino con el mercado y el negocio editorial. No sé si alguna vez fue una posibilidad, ni siquiera para los autores más vendidos, porque en muchos casos siempre tuvieron otros trabajos”, concluyó Rogovsky.