Los riquísimos

En el sistema imperante en el mundo actual siempre hubo ricos, pero nunca fueron tan pocos y con un nivel de ingresos tan obsceno.

Interés General

16/06/2025 - 00:00hs

Con la paulatina bajada de impuestos a las grandes fortunas y la desregulación de las actividades económicas- incluida la circulación de capitales-, el dinero se fue concentrando y el moderno sistema económico produjo unos niveles de desigualdad que no se habían visto en siglos. En un mundo donde la mayoría de los líderes abogan por la igualdad – la igualdad de razas, la igualdad entre géneros, la igualdad ante la ley-, muy pocos reclamaban la igualdad ante el dinero. En otras palabras, está aceptado que la economía debe ser un espacio de la desigualdad.

La prestigiosa revista Forbes sigue de manera sistemática a los multimillonarios desde 1987. Localizando a 140 de ellos ese primer año. Pasaron dos décadas antes de que sus cifras superaran los 1000. Luego, en 2017, alcanzaron los 2000. Ahora, ocho años después, se alcanza otro récord: 3028 empresarios, inversionistas y herederos componen la lista de este año, 247 más que el año pasado.

El ranking está encabezado por Bernard Arnault, que controla el imperio de LVMH, con 75 marcas de la industria de la moda y cosmética, y que incluye a Louis Vuitton y Sephora. Con 75 años, el francés tiene un patrimonio de 233.000 millones de dólares. El segundo hombre más rico del mundo es Elon Musk, que cofundó seis empresas, incluida la automotriz Tesla y la aeroespacial SpaceX, compró la red social Twitter (rebautizada como X) en octubre de 2022, y hasta hace pocos días era el favorito del gobernante más poderoso del planeta. Con 52 años, Musk tiene un patrimonio de 195.000 millones de dólares.

Los verdaderos cambios en las fortunas de los empresarios más poderosos del planeta reflejan las fluctuaciones del mercado, pero también las estrategias de diversificación e innovación que les permitieron mantenerse en la cima. Las naciones con más millonarios son Estados Unidos con 902 multimillonarios, seguido por China con 516 e India con 205 millonarios. Los multimillonarios del mundo siempre fueron ricos y poderosos, pero nunca tanto como ahora. En Estados Unidos, Donald Trump volvió a jurar como presidente en enero y les dio a los multimillonarios más control sobre el gobierno, quizás como nunca antes se había hecho en la historia norteamericana.

En 2020, por ejemplo, había 26 personas que poseían tanto como las 3.950.000.000 que integraban la mitad más pobre de la humanidad. Más en general, el 10 por ciento de las personas concentra actualmente el 76 por ciento de la riqueza global mientras que el 50 por ciento más pobre solo posee el 2 por ciento.

Buena parte del mundo parece resignada a que así es y así será. El sistema de ídolos individuales prefabricados que funcionaba en el deporte, el espectáculo y otros espacios similares se extendió al mundo económico, con sus competencias, campeones y perdedores. En ese sentido, se había formado una categoría nueva: los “billonarios”, que son las personas que tienen más de mil millones de dólares, una suma que unas décadas atrás era impensable.

Hay 21 billonarios menores de 30 años, entre ellos Johannes von Baumbach (u$s 5.400 millones), heredero de una farmacéutica alemana, de 19 años, el más joven de todos. El mayor es George Joseph, magnate estadounidense de los seguros, con 103 años y una fortuna de u$s 1.900 millones. Hay otros tres multimillonarios centenarios. El promedio de edad es 66 años. Pocos tuvieron un año tan favorable como Donald Trump, y no solo por su regreso a la presidencia. Antes de volver a la Casa Blanca, aumentó su fortuna con una inversión exitosa en criptomonedas.

Los “triunfadores” del año en Forbes son una muestra más de la nueva legitimidad de la riqueza: durante siglos, el Occidente rico, el “dinero nuevo” fue desdeñado por los que lo tenían viejo. Los poderosos eran los dueños de la tierra: los que tenían realmente mucha se llamaban marqueses, y uno de ellos era el rey. En cambio, los burgueses enriquecidos con sus comercios o fabricaciones eran llamados “nuevos ricos”. Aun hoy, como en esos días, la riqueza continúa definiéndose por la abundancia de lo inútil.

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