Masonería platense: una tendencia en auge

Interés General

04/03/2017 - 01:00hs

Aunque su época de mayor difusión fue cuando se fundó la ciudad, en la actualidad unos 200 adeptos se reúnen en distintas logias locales. En el país, sus miembros superan las seis mil personas y, si bien la mayoría son hombres, ya existen asociaciones femeninas en desarrollo

Cuando en 2009 Carlos Cebey, actual director de la cátedra de Librepensamiento de la Masonería Argentina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), se inició en la Logia nº 80, solo había en la ciudad tres asociaciones de este tipo. 

A sus 67 años, Cebey integra hoy la Logia Democracia n° 146, una de las seis agrupaciones que en el presente nuclean a unos doscientos platenses. “Todos dependemos de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones”, precisó el referente masón a diario Hoy respecto al auge de una práctica que, si bien tuvo su mayor difusión  en los años fundantes de La Plata, cuando hombres como Dardo Rocha o Joaquín V. González integraron este tipo de asociaciones, con 500 adeptos en ese entonces, parece recuperar cada vez más interés. 

En la Argentina, en tanto, las estimaciones hablan de más de seis mil miembros que, en su mayoría, son hombres. Sin embargo, ya existen logias femeninas en desarrollo y otras mixtas. 

Secreto vs. discreción

Presente con marcas simbólicas indelebles en el trazado de la ciudad o en edificios públicos, ligada a un esoterismo o secretismo que en ocasiones puede marcar distancia, para Cebey resulta “fundamental” distinguir “el secreto de la discreción. El secreto es para la actividad puertas hacia adentro, pero esto no impide las tareas hacia afuera, como las que se organizan en las conferencias abiertas a todo público, en las que se tratan temáticas que ocupan y preocupan a la sociedad”.

El gran maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Nicolás Breglia, también disintió de aquellos que asocian el “oscurantismo” a la actividad y, en cambio, aclaró a este medio: “El masón es un díscolo, no acepta la realidad. Intenta permanentemente enfrentar el statu quo y los privilegios enquistados en la sociedad. Por eso, muchas veces, tuvimos que ocultarnos”.

“Las persecuciones han existido siempre, pero han sido más visibles en tiempos de totalitarismos. La España de Franco, la Italia de Benito Mussolini y la Rusia de Stalin son una muestra de cómo estos regímenes persiguieron, además de prohibir, a la masonería. Las teorías acerca de una conspiración judeo-masónica-comunista tuvieron adeptos en la Argentina y algunos resabios de esas concepciones trasnochadas aún quedan”, advirtió Cebey.

La búsqueda de una sociedad igualitaria

Si en la Europa del siglo XVII y principios del XVIII, o en la Argentina de los siglos XVIII y XX , “estuvimos en la construcción de ciudades, en la institucionalización del país y con la Independencia, por ejemplo, hoy trabajamos con la formación de hombres republicanos, laicos, democráticos, y en la búsqueda permanente de una sociedad igualitaria”, comparó Breglia.

Eso sí, los ritos iniciáticos se han mantenido a lo largo de los años. Tanto entre argentinos de importancia histórica como San Martín, Sarmiento, Alem o Rocha, como entre los hombres de este siglo: “Siempre se busca el perfeccionamiento en la búsqueda de la verdad, a través de esta asociación filosófica y filantrópica. Filosófica, porque orienta al hombre hacia la investigación racional de las leyes de la Naturaleza; filantrópica, porque practica el altruismo”, coincidieron Cebey y Breglia.

La iniciación en el siglo XXI

Una vez que el interesado en sumarse a una Logia completa la solicitud de ingreso, los maestros masones deciden si puede ser iniciado o no. Aunque los detalles de la iniciación deben guardarse de manera hermética, Cebey confió que “marca un antes y un después en la vida”.

Para ingresar, una condición sine qua non es ser “un hombre honesto, que conforme la legislación civil vigente en la Argentina, y sea mayor. A partir de los 18 años no hay límites ni de edad, ni de condición social ni religiosa”, agregó Cebey. “Solo están afuera los fascistas, nazis, stalinistas o franquistas. Los demás están todos adentro”, concluyó Breglia.

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