cultura

Una serie que revela el mundo del trabajo

Severance es una ficción cuyos capítulos atraen la atención de televidentes del mundo entero porque pone en primer plano la cotidianidad laboral.

Interés General

18/07/2025 - 00:00hs

"Es una vergüenza que haya tanto trabajo en el mundo. Una de las cosas más tristes es que lo único que un hombre puede hacer durante ocho horas, día tras día, es trabajar. No se puede comer ocho horas diarias, ni beber ocho horas diarias, ni hacer el amor ocho horas diarias… lo único que se puede hacer todos los días es trabajar. Y esa es la razón de que el hombre se haga tan desdichado e infeliz a sí mismo y a todos los demás”, escribió William Faulkner, uno de los mejores escritores norteamericanos del siglo XX.

En la antigüedad, la característica más saliente de la organización del trabajo era la esclavitud. Este sistema provenía generalmente de las guerras, cuando ya había quedado instituida la práctica de preservar la vida de los vencidos, tomándolos prisioneros para realizar las tareas que la estructura socio-económica necesitaba. Las notas propias de la esclavitud serán la privación de la libertad, el trabajo por cuenta ajena y la forzosidad de las prestaciones determinadas, con singularidades propias en los diferentes tiempos históricos.

El origen de la palabra trabajo viene de tripaliere, que en latín significa “tortura” – porque a menudo se usaba un instrumento llamado tripalium, una especie de cruz hecha de tres palos donde se colgaba al reo: de allí tripaliere también es sufrir, ser atormentado-. Y hay filólogos que por suponen que por eso se usó primero para hablar del “trabajo de parto”, dolor y sufrimiento, y que de allí pasó a cualquier labor.

El trabajo, asimismo, se constituye como escuela de vida: en él las personas aprendieron cómo portarse; aprenden a obedecer las órdenes de sus superiores, a hacer lo que les decían que hicieran – aunque no supieran para qué-, a cumplir, a acatar: aprenden a vivir en un sistema donde las jerarquías están más claras y no aceptarlas los deja en la calle.

Severance, la serie creada por Dan Erickson y producida por Apple TV es una de las creaciones audiovisuales que mejor retrata aquella escuela de vida: cultiva el tipo de ciencia ficción paranoica, burocrática y obsesiva que no necesita futuros lejanos o grandes naves espaciales para fascinar al espectador; le alcanza con un cubículo de oficina. Erickson (y Ben Stiller, quien dirige 6 de los 9 episodios) edifica un sistema aparentemente perfecto e infalible para hablar de la alienación laboral en una oficina. Una compañía llamada Lumon somete a sus empleados a un procedimiento quirúrgico irreversible para dividir el cerebro en dos: el trabajo y la vida privada. La “separación” (así lo llaman) parte la memoria de la persona: los recuerdos del mundo exterior quedan afuera de la empresa y los recuerdos del trabajo sólo permanecen dentro del establecimiento. Nadie sabe qué es lo que hizo en su jornada laboral al salir de la empresa, y nadie sabe quién es por fuera del trabajo a partir de que toman el ascensor que los deposita en el departamento de refinamiento de datos. No importa lo que hacen los empleados ni a qué se dedica la empresa, lo central es ese chip implantado que escinde la vida de las personas. En las calles hay un movimiento que protesta y lucha contra la política de Lumon refiriéndose a la separación como una plaga para la humanidad. La serie ha logrado con lucidez en una de las llagas del mundo contemporáneo.

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