Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia subrayaron su compromiso para intervenir en ayuda de Kiev y redoblan los esfuerzos por “una vía diplomática hacia la desescalada”.
En el marco de la escalada de las tensiones, el G7 reiteró su apoyo económico a Ucrania y su capacidad para “actuar con rapidez” ante el “continuo despliegue militar ruso en la frontera”.
Si bien los ministros de los siete países más poderosos advirtieron con sanciones colectivas de “consecuencias masivas e inmediatas para la economía rusa”, se redoblaron los esfuerzos para identificar una vía diplomática para resolver el conflicto.
“Estamos preparados para actuar con un mayor respaldo económico y financiero en Ucrania de una forma fuertemente coordinada y en un plazo muy breve”, afirmaron los ministros de Finanzas del G7 en un comunicado difundido en la jornada de ayer. Hasta el momento, Ucrania recibió paquetes de ayuda internacional por un valor superior a los 48.000 millones de dólares desde 2014, de acuerdo con estimaciones del grupo.
Varios cruces de declaraciones sembraron más dudas sobre una posible solución diplomática del conflicto, luego de que el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, dijera que entrar a formar parte de la OTAN “garantizaría” la seguridad de Ucrania. A contramano de esas declaraciones y en línea con lo sostenido por Moscú desde el inicio del conflicto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que si Kiev renuncia a su política de ingreso en la Alianza Atlántica, las preocupaciones de Rusia por su seguridad quedarían resueltas.
Camino a Kiev para dar la solidaridad y el apoyo de Alemania a la ex república soviética, el canciller Olaf Scholz declaró que espera ver señales que apunten a que Rusia reduzca las tensiones y tratar de aprovechar el camino para garantizar la paz en Europa. “Urgentemente esperamos señales de una desescalada de tensiones por parte de Moscú”, dijo el funcionario. “Una mayor agresión bélica tendrá graves consecuencias para Rusia”, cerró.