El gobierno tomó nuevas medidas luego del registro de un rebrote que alcanzó a unas 20 ciudades. En Hong Kong se decretó la vacunación obligatoria para funcionarios públicos, maestros y personal sanitario.
En el país donde se inició la pandemia de Covid-19, China, hay millones de personas confinadas por un rebrote de casos en los que predomina la variante Delta, que ya llegó a unas 20 ciudades del gigante asiático, que había logrado reducir en amplísima medida sus casos de coronavirus.
En este contexto, China informó que se detectaron 55 nuevos casos de coronavirus de transmisión local, vinculados al brote de la variante Delta, de rápida propagación.
Por eso, las autoridades del gobierno decidieron hacer aislamientos, suspender viajes, realizar testeos masivos y aislar a los contactos estrechos de quienes resultaran positivos para buscar la posibilidad de controlar y poner un freno a esta nueva pequeña ola interna.
Según informó la agencia de noticias internacional AFP, la ciudad de Zhuzhou, en la provincia central de Hunan, ordenó ayer que más de 1,2 millones de personas permanezcan en casa bajo un aislamiento estricto durante los próximos tres días, mientras se lleva a cabo una campaña de testeos y vacunaciones en toda la ciudad. “La situación sigue siendo sombría y complicada”, dijo el gobierno local a través de un comunicado, al anunciar la medida.
A la vez, en el territorio semiautónomo de Hong Kong, el gobierno decretó que los funcionarios públicos, maestros y personal sanitario tendrán que vacunarse contra el coronavirus o someterse a testeos dos veces por semana a su cargo.
Uno de los últimos brotes estuvo vinculado a un foco en la región de Nanjing luego de que nueve trabajadores de limpieza de un aeropuerto dieron positivo días atrás, lo que provocó más de 360 casos en las últimas dos semanas. Por eso, desde Pekín se bloqueó la entrada de turistas durante la temporada de viajes de verano.
En ese plano, en Zhangjiajie, una ciudad turística cerca de Zhuzhou, hubo un brote entre los asistentes a un teatro, que luego llevaron el virus a sus casas en todo el país. Por ese motivo, en esa localidad se confinó el viernes a sus 1,5 millones de habitantes.
En Hong Kong, por ejemplo, todos los viajeros deben hacer una cuarentena en un hotel de hasta tres semanas. El problema allí es que pese a tener una buena cantidad de vacunas para poder inocular a su población, muchas personas manifestaron su negación a recibir las dosis y solo el 36% de los 7,5 millones de habitantes recibieron dos dosis y el 48% una sola.