Una “operación especial” ucraniana terminó con la vida de un teniente general ruso
Se trata de Igor Kirillov, quien era jefe de la defensa radiológica, química y biológica. En el atentado también perdió la vida su asistente.
El expresidente fue condenado a un año de prisión domiciliaria por corrupción y tráfico de influencias.
19/12/2024 - 00:00hs
El día de ayer Nicolás Sarkozy se convirtió en el primer expresidente de Francia que deberá cumplir una sentencia. La justicia de ese país lo condenó a un año de prisión domiciliaria tras encontrarlo culpable por un caso de corrupción y tráfico de influencias. De esta manera, el Tribunal de Casación, el máximo órgano judicial francés, rechazó la apelación del exmandatario. Su abogado, Patrice Spinosi, anunció de inmediato que su cliente cumplirá con la sanción, pero que remitiría el caso “en las próximas semanas” al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Sin embargo, esta remisión no impide la ejecución de las sanciones impuestas. Así, Sarkozy, de 69 años, deberá utilizar un brazalete electrónico a lo largo de todo un año. Vale remarcar, que también fue condenado a tres años de inelegibilidad.
Su condena responde a un caso de corrupción y tráfico de influencias, conocido en Francia como el “caso Bismuth”, en referencia al nombre falso que eligió Sarkozy para abrir una línea telefónica secundaria. Las pesquisas se abrieron cuando los investigadores, que tenían bajo escucha los teléfonos de Sarkozy en 2014 en el marco de otro caso, descubrieron que su abogado le había abierto una línea secundaria con la que mantenían comunicaciones y que también fue pinchada. En las escuchas descubrieron conversaciones que apuntaban a un caso de presunta corrupción y tráfico de influencias.
Este no es el único caso en el que está implicado Sarkozy. De hecho, el próximo 6 de enero, se abrirá el juicio por la presunta financiación ilegal de su campaña de 2007 con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi, un proceso al que podría acudir ya con el brazalete electrónico. En este caso se enfrenta a una pena de hasta diez años de cárcel. También está el caso de la financiación ilegal de la campaña del 2012. En febrero pasado fue condenado en apelación a un año de cárcel, de los cuales solo la mitad con cumplimiento y también con un brazalete electrónico, que el expresidente no lo lleva aún porque recurrió también ante el Supremo, que no se pronunciará hasta el segundo semestre del año que viene.