Una “operación especial” ucraniana terminó con la vida de un teniente general ruso

Igor Kirillov, teniente general ruso que era jefe de la defensa radiológica, química y biológica, perdió la vida en las últimas horas luego de que Ucrania llevara adelante una “operación especial”.

El atentado, realizado por el servicio de seguridad ucraniano, fue catalogado como “legítimo” por parte de las autoridades de este país. El atentado con bomba sucedió en el domicilio de Kirillov, donde tanto él como su asistente perdieron la vida en el instante.

Kirillov, de 54 años, era acusado por Occidente de supervisar el uso de armas químicas en el campo de batalla de Ucrania. Investigadores han podido establecer que en el atentado se usó un artefacto explosivo de una potencia equivalente a 300 gramos de trilita, oculto en una patineta eléctrica junto a la puerta del edificio de viviendas, situado en la avenida Riazanki, en el sureste de la capital rusa.

El artefacto fue detonado a distancia, según ha informado la agencia estatal de noticias Tass. Las imágenes en el lugar de los hechos muestran la entrada de un edificio gravemente dañada, con marcas de quemaduras en las paredes y ventanas reventadas.

Ante este contexto, el Comité de Investigación ruso abrió “una causa penal por el asesinato de dos militares”, a la par que investigadores, expertos forenses y servicios operativos siguen trabajando en el lugar de los hechos.

El vicepresidente de la Cámara Alta rusa, Konstantin Kosachev, calificó su muerte de “pérdida irreparable”. Por su parte, Dimitri Medvedev, expresidente y vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, culpó a Kiev por el asesinato y alegó una “represalia inevitable” contra el “liderazgo militar y político de Ucrania”.

Vale recordar que, en el pasado octubre, el Reino Unido impuso sanciones a Kirillov, afirmando que había supervisado el uso de armas químicas en Ucrania y que era un “importante portavoz de la desinformación del Kremlin”. Es por esto que se le congelaron sus activos y se le prohibió viajar.