El jefe de la junta militar, el general mayor Min Aung Hlaing, informó que este miércoles retirarán los cargos a 5.636 detenidos.
En medio de cuestionamientos por su accionar represivo contra la comunidad, el Ejército de Myanmar confirmó que procederá a liberar y a indultar, en el día de mañana, a un total de 5.636 personas detenidas en su momento por marchar en contra del golpe que derrocó al gobierno de Aung San Suu Kyi el pasado 1° de febrero.
La información llegó de la mano del jefe del Ejército que lideró el golpe de Estado, Min Aung Hlaing, quien aprovechó a echar culpas a la oposición por prolongar los disturbios en su contra. A la hora de anunciar la decisión, aseguró que se debe a “cuestiones humanitarias” y recordó que será en ocasión de la celebración del tradicional Día de la Iluminación Thingyan, que se conmemora el día de la luna llena del mes lunar birmano, el segundo festival más importante del país.
La antigua Birmania se encuentra viviendo tiempos de muchas crisis internas y desde la llegada del golpe de Estado la cifra de muertos escaló a 1.100. Además, en total ya se procedió a encarcelar a más de 8.000 personas, de las cuales 7.300 siguen en las prisiones. Dentro de los más de 5.500 presos que recuperarán la libertad, se encuentran 24 artistas y más de 10 figuras públicas que fueron acusadas de sedición por el gobierno de facto. A pesar de esto, no confirmaron si la ganadora del Premio Nobel de la Paz y de las elecciones de noviembre de 2020, Aung San Suu Kyi, estará dentro de este grupo al igual que el expresidente Win Myint. Un importante dato a rescatar es que todos los liberados deberán comprometerse por escrito a no cometer más actos de violencia. Vale mencionar también que en el pasado junio ya habían sido liberados más de 2.000 opositores.
La noticia llegó luego de que la Asociación de Naciones del Su-deste Asiático excluyera al general Min Aung Hlaing de lo que será la próxima cumbre que se celebrará entre el 26 y 28 de octubre en Bandar Seri Begawan, capital del Sultanato de Brunéi. Ante esto, la junta militar criticó la decisión y los acusó de romper con la tradición del bloque de los 10 países del sudeste asiático de no interferir en los asuntos internos de cada territorio. Por lo pronto, esta noticia fue bien tomada por el gobierno que fue apartado de su cargo y que se encuentra exiliado.