Así lo sostiene una investigación publicada por especialistas de la Universidad del Sur de California y de la Administración de Terremotos de China.
Un conjunto de fuerzas que no pueden ser explicadas por la ciencia derriten las rocas bajo la corteza terrestre mucho más profundamente de lo que se creía y parecen ser las responsables de generar potentes terremotos a lo largo de un segmento de la Falla de San Andrés en EE.UU.
Así lo sostiene una investigación publicada por especialistas de la Universidad del Sur de California y de la Administración de Terremotos de China. Encontraron que, a lo largo de una sección particularmente problemática de la falla continental, las excitaciones subterráneas, que se producen mucho más profundamente que donde se origina la mayoría de los temblores monitoreados, eran la causa de grandes inestabilidades sísmicas.
Según los científicos, la mayor parte de la sismicidad de California se origina en las primeras diez millas de la corteza, pero algunos temblores en la Falla de San Andrés tienen lugar a mucha mayor profundidad, donde se derriten “las rocas anfitrionas, generando estas ondas sísmicas anómalas”, según señaló el investigador Sylvain Barbot.