Pese a la fuerte presión externa para cesar las hostilidades, el Ejército y un grupo paramilitar del país luchan por el control del territorio. Los combates incluyeron aviones, vehículos blindados y camiones.
Fuertes combates, en los que participaron aviones, vehículos blindados y camiones con ametralladoras montadas, sacudieron la capital de Jartum, la ciudad contigua de Omdurman y puntos conflictivos de toda la gran nación árabe del noreste de África.
Los enfrentamientos son parte de una lucha de poder entre el general Abdel Fatah al-Burhan, comandante de las Fuerzas Armadas, y el general Mohammed Hamdan Daglo, jefe del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).
Los dos generales son antiguos aliados que orquestaron conjuntamente un golpe militar en octubre de 2021 que descarriló la breve transición de Sudán a la democracia, y los combates son la culminación de meses de tensiones entre ambos. Esas tensiones ya habían retrasado un acuerdo con los partidos políticos para que el país volviera a la democracia.
Un sindicato de médicos que desde el golpe es la principal fuente de información sobre las víctimas de represión o combates, dijo que otras cinco personas murieron con lo que subió a 61 la cifra total de víctimas mortales civiles en dos días de enfrentamientos.
Otros 670 civiles resultaron heridos, comentó el sindicato llamado Comité Central de Médicos, que agregó que se creía que había decenas de muertes adicionales entre las fuerzas enemigas.
El enviado de la ONU para Sudán, Volker Perthes, anunció que tanto Burhan como Daglo acordaron una pausa humanitaria de tres horas en los combates el domingo, para poder evacuar a los heridos. Ambas partes puntualizaron luego que se reservaban el “derecho de responder en caso de vulneración” del acuerdo.
Una hora después de que se suponía que comenzara la tregua, todavía se podían escuchar intercambios de disparos y detonaciones en partes del centro de Jartum, informaron medios locales.
Los enfrentamientos llegan cuando Sudán se prepara para celebrar la principal festividad que marca el final del mes sagrado del Ramadán, cuando los musulmanes tradicionalmente ayunan desde el amanecer hasta el atardecer. Tanto el Ejército como las FAR afirmaron tener el control de lugares estratégicos en Jartum y en otras partes de esa zona del centro-este del país. Ambas partes dijeron anoche que no negociarán.
En esta línea, el Ejército pidió el desmantelamiento de las FAR, a las que calificó de “milicia rebelde”. Daglo dijo a la cadena de noticias saudita Al Arabyia que descartaba negociar y pidió a Burhan que se rindiera. Mientras tanto, la presión exterior iba en aumento.
Diplomáticos, incluido el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken; el secretario general de la ONU, el jefe de política exterior europea, el jefe de la Liga Árabe y el jefe de la Comisión de la Unión Africana instaron a las partes a dejar de pelear. En el Vaticano, el papa Francisco dijo que seguía “con preocupación” los acontecimientos que se desarrollan en el país.