El industricidio avanza: 200 mil empleos menos y más productos importados
La apertura indiscriminada de importaciones y la caída del consumo interno golpean a la industria nacional.
A pesar del repunte de las ventas en enero, el sector pyme sigue afectado por la incertidumbre económica y el elevado costo operativo. Empresarios reclaman medidas urgentes para sostener el crecimiento y evitar un nuevo derrumbe del consumo.
10/02/2025 - 00:00hs
El comercio minorista pyme registró en enero un incremento del 25,5% interanual a precios constantes, una cifra alentadora tras la histórica caída del 28,5% en el mismo mes del año pasado. Sin embargo, este crecimiento no alcanza para revertir el daño acumulado y, en la comparación mensual desestacionalizada, las ventas cayeron un 0,5%, reflejando la fragilidad del sector.
El informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestra que la recuperación está lejos de consolidarse. Factores como la estacionalidad, el éxodo de consumidores hacia países vecinos y la escasa liquidez tras las fiestas de diciembre condicionaron el desempeño de los comercios. Aunque empresarios valoran la estabilidad de precios, la mayoría coincide en que las ventas siguen siendo menores a lo esperado.
A esto se suma el persistente aumento en los costos operativos, una problemática que ahoga a las pymes. "Las ventas pueden mejorar, pero si los impuestos y tarifas siguen subiendo, se nos hace imposible sostenernos", señaló un comerciante del rubro textil. Esta situación se replica en diversos sectores, donde la presión impositiva y la falta de incentivos han llevado a muchos negocios al límite.
El panorama empeora con el impacto del ajuste económico impulsado por el gobierno de Javier Milei, que profundizó la caída del poder adquisitivo. La recesión afecta directamente la demanda interna y pone en riesgo la continuidad de miles de pequeños comercios. "Los consumidores compran lo justo y necesario, ya no hay margen para caprichos ni para stockearse", comentaron desde el sector de alimentos y bebidas.
A pesar de las dificultades, las pymes han implementado diversas estrategias para sostenerse. Las promociones bancarias, los descuentos en efectivo y la diversificación de productos fueron clave para estimular el consumo. Sin embargo, estas medidas no pueden reemplazar un plan económico que fomente el desarrollo del sector.
El reclamo de los empresarios es claro: el 71,7% de los encuestados por CAME considera que la reducción de impuestos es una medida urgente para garantizar la supervivencia de sus negocios. También destacan la necesidad de incentivos a la demanda interna (10,4%) y la simplificación burocrática (6,7%). "Si no nos bajan la carga impositiva, en seis meses vamos a estar peor que antes", advirtió el dueño de una pyme de indumentaria en Córdoba.
El Gobierno de Milei ha centrado su estrategia en el ajuste fiscal, sin contemplar los efectos devastadores sobre el comercio minorista. La caída de la demanda y la pérdida de poder adquisitivo limitan el margen de acción de las pymes, que siguen siendo el principal motor de empleo en el país.
En este contexto, los empresarios miran con cautela los próximos meses, esperando que el regreso a clases y la estabilidad de precios impulsen las ventas. Sin embargo, advierten que sin un cambio en la política económica, la reactivación será efímera y muchos negocios podrían no sobrevivir al próximo semestre.