Drogas: un pingüino al acecho

Política

13/11/2013 - 06:31hs

Se trata de Sergio Berni, máximo responsable de la política de seguridad del gobierno que negó lo evidente. Dijo que “las fronteras están bien cuidadas” y que el gobierno combate el narcotráfico. Fuertes rechazos y reclamos desde la Corte 

Desde el primer día en que el kirchnerismo llegó a la Casa Rosada, tanto Néstor como Cristina se autodefinieron como “pingüinos”, en alusión a las aves que habitan el sur del país y que proliferan en Santa Cruz, el pago chico de los K.

Uno de los pingüinos que vinieron del sur junto a los Kirchner es Sergio Berni, un exmilitar que acompaña a la familia presidencial desde mediados de la década del ’90, cuando hacía algunas tareas de Inteligencia, infiltrándose en lugares y grupos que protestaban contra las políticas de Néstor como gobernador en esa provincia. En otras palabras, trabajaba de “buche” o “servicio”.

Este pingüino, al que le cuesta pronunciar algunas palabras y viene de­sarrollando un abdomen cada vez más prominente, que ya casi se asemeja al personaje homónimo del cómic Batman, fue escalando posiciones en los últimos años. De funcionario de segunda línea en el Ministerio de Desarrollo Social, fue electo senador provincial. Tuvo un fugaz paso por la Legislatura ya que Cristina lo puso a controlar a Nilda Garré, en el Ministerio de Seguridad. Tras la salida Garré, Berni mantuvo el cargo, pero con poder, al punto que tiene más injerencia que el titular de área, Arturo Puricelli, que también es un pingüino (fue gobernador de Santa Cruz), pero de bajo perfil y nulo poder de mando.

El protagonismo de Berni se dio, más que nada, en hechos mediáticos, intentando mostrar una operatividad que, en realidad, era puro humo ya que los problemas de inseguridad en el país no pararon de aumentar. Eso no es todo: la otra función que pasó a cumplir fue la defender lo indefendible. Ayer, sin ir más lejos, sostuvo que el gobierno nacional es “activo, bastante eficiente y frontal” en la lucha contra los narcos. Lo más absurdo vino después cuando declaró: “las fronteras están bien cuidadas”.   

“El problema de Rosario es un problema típico que no se da en el resto del país, que tiene que ver con la ausencia del Estado dentro del territorio. A partir de ahí se genera una disputa territorial, que nada tiene que ver con lo que significa el desarrollo del narcotráfico en el resto del país”, indicó el polémico funcionario.  Y luego agregó: “sin dudas, el partido de San Martín, es el peor lugar del conurbano bonaerense” en el tema narcotráfico.

Pocas horas antes, la Corte Suprema de Justicia al gobierno tomar medidas urgentes para frenar el avance narco (ver aparte). El máximo tribunal no hizo más que retomar la línea implementada por las máximas autoridades de la Iglesia Católica

Seguramente, usted que está leyendo esta nota no tiene nada mas que aplicar el sentido común para rebatir las declaraciones irresponsables del funcionario K. En todos los barrios, los vecinos saben que este flagelo se está expandiendo como una mancha de aceite, ante la mirada cómplice de la administración kirchnerista que, en lugar de hacer frente a estos problemas, mantiene acéfala la conducción del organismo que debería dedicarse a enfrentar y combatir el narcotráfico –la Sedronar-, y ha quitado los pocos gendarmes que había en las fronteras para mandarlos a patrullar zonas del Conurbano bonaerense. De este modo, en algunas rutas que conducen a países limítrofes y pasos fronterizos, que eran custodiados por más de 200 gendarmes, quedaron menos de una decena.

Poco a poco, el kirchnerismo está convirtiendo a la Argentina en una suerte de ciudad Gótica. Y Berni no es el único villano. Tiene un inseparable compañero de fechorías como es Guillermo “El Guasón” Moreno que, al igual que el secretario de Seguridad, se ríe de la gente y no duda a la hora de desmentir lo evidente. Sin ir más lejos, la semana pasada negó que en la Argentina haya inflación y, como si fuera poco, hasta tuvo el tupé de decir que el precio de la carne no aumenta desde hace tres años.

La diferencia es que en la Argentina, lamentablemente, no tenemos ningún superhéroe -del tipo Batman- al que acudir.  Por eso, la solución, indefectiblemente, deberá ser colectiva.

Fuerte advertencia de la Corte

La Corte Suprema de Justicia le solicitó ayer al Gobierno nacional y al Consejo de la Magistratura que “arbitren de modo urgente" las sugerencias realizadas por jueces federales para luchar contra el narcotráfico.

En su resolución, el máximo tribunal mencionó la “extrema gravedad de las circunstancias denunciadas”, vinculadas al aumento del tráfico de drogas en esas provincias. Esta determinación surgió luego de que la Iglesia difundiera un duro documento en el que advirtió sobre el avance del narcotráfico en el país y expresara preocupación "por la desprotección de las fronteras por la demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables".

La Corte recibió informes sobre la problemática del narcotráfico en Salta, Jujuy y Tucumán, por lo que decidió el 31 de octubre librar oficios al Consejo de la Magistratura de la Nación, al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y al Ministerio de Seguridad de la Nación, para solicitar que arbitren las medidas que fueran necesarias para combatir la grave problemática denunciada por los jueces federales del norte del país, "sin que a la fecha se hubiera recibido respuesta de ninguno de dichos organismos".

En tanto, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, que procesó a la considerada mayor banda de narcotraficantes del país, se sumó a los reclamos de varios colegas y de la Corte Suprema de Justicia al exhortar al Estado a mejorar los controles aéreos y criticó la "obsolescencia" del material para rastreo de aviones narcos.

Además de hablar de la banda en cuestión, la jueza se sumó a los cuestionamientos por la "debilitación del control fronterizo de 

la zona norte del país (situación que constato con regularidad durante el ejercicio de mi función), sumada a la obsolescencia del material utilizado para el rastreo de aeronaves militares y/o civiles (cuya escasa eficacia me exime de toda consideración técnica)".

"Demostradas asimismo por la creciente cantidad de estupefacientes secuestrados en diversas jurisdicciones del país, que dan cuenta de un crecimiento sostenido y exponencial del ingreso de estupefacientes a nuestro territorio, ¿cuál es la solución que se advierte? Sin dudas, la implementación de mayor vigilancia y el control del espacio aéreo en las fronteras noreste y noroeste del país mediante estrategias que echen mano de todos los recursos estatales, modernizando los radares, helicópteros y aviones destinados a la seguridad y defensa puestos al servicio de la lucha contra el crimen organizado", sostuvo.

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