El ajuste ya llegó

Política

04/03/2014 - 06:05hs

EN FOCO

Luego de una década de permanentes desaguisados, errores y horrores económicos, el resultado no podía ser otro: el país está en recesión y la inflación, que no baja del 3% mensual, agudiza la crisis. 

El gobierno, que es gran responsable de esta situación de colapso, responde con las mismas recetas de los años 90, durante el auge del neoliberalismo: aumentar las tasas de interés (que encarece el crédito y enfría la economía), y  aplicar un fenomenal ajuste que recae, principalmente, en los sectores socialmente más postergados y en una cada vez más vapuleada clase media.

Una de las principales medidas de este ajuste es dejar subir los precios de los combustibles (ver página 5) como forma previa a lo que será un recorte masivo de subsidios, lo que está llevando a que cada vez más argentinos se vean privados de circular con sus propios vehículos, al no poder sostener el costo que implica llenar un tanque de nafta que, actualmente, oscila los 400 pesos. 

A su vez, en un país como la Argentina que carece de ferrocarriles de carga, donde prácticamente todos los bienes se trasladan con camiones, la suba de los combustibles no hace más que echarle nafta al fuego inflacionaria, que se encuentra fuera de control. 

El gasoil, el combustible que utiliza el transporte, es un hidrocarburo cuyo precio, al igual que la nafta súper y Premium, viene aumentando de forma sostenida y sistemática. Esto es producto de que la empresa YPF no está en condiciones de abastecer el mercado interno ante la ausencia de inversiones, públicas o privadas, en exploración y explotación petrolera.

A su vez, el gasoil también es el combustible que utiliza el transporte público de pasajeros, lo que más temprano que tarde llevará a que haya una suba generalizada en el precio de los boletos de micro y tren.  El gasto en subsidios ha llegado, hace tiempo, a su techo: el gobierno K ha secado todas las arcas del Estado y, ante la ausencia de divisas, vuelve a asomar la posibilidad de una nueva devaluación. De ahí que muchos expertos, como el exministro de Economía, Roberto Lavagna,  este comparando la situación actual con las condiciones que se dieron en 1975 cuando se decreto el llamado Rodrigazo que consistió, básicamente, en un severo un ajuste que duplicó los precios y provocó una crisis en el gobierno política. El entonces ministro de Economía, Celestino Rodrigo, quería eliminar la distorsión de los precios relativos con una fuerte devaluación de 160% para el cambio comercial y 100% para el cambio financiero. La tasa de inflación llegó hasta tres dígitos anuales y los precios nominales subieron en 183%. Se produjo desabastecimiento de gran cantidad de productos de necesidad primaria (alimentos), combustibles y otros insumos para transportes.

La mal llamada recuperación de YPF, luego de la expropiación del 51% de Repsol, fue un gran negociado, que ahora se pone de manifiesto con los casi 10 mil millones de dólares que el gobierno le cederá a la empresa española en concepto de compensación, luego una desastrosa gestión que significó el saqueo y el vaciamiento de la petrolera argentina.

Lo ocurrido con YPF, se replica en prácticamente todos los sectores de la economía. Durante la era K, se ha profundizado el proceso de monopolización de la economía que implica que un puñado de actores económicos concentren el manejo de sectores claves de la producción. Así, por ejemplo, unas cuentas firmas concentran la producción de acero y una sola la de aluminio. Un panorama similar se registra con la producción de cemento y en el rubro alimentos. 

En tanto, en el campo, los pooles sojeros, fondos de inversión sin una cara visible (algunos le dicen fondos buitres) se ha extendido a lo largo y ancho del país, quedándose con algunas de las zonas más ricas en materia productiva para desarrollar el monocultivo de la soja. Esto demuestra que es una falacia absoluta lo que dice el gobierno al decir que busca combatir los monopolios y la concentración de la riqueza: durante los casi 11 años de kirchnerismo en la Casa Rosada, se hizo todo lo contrario.

En definitiva, entre lo que dice el gobierno y la realidad concreta, existe un trecho cada vez más grande.

“Están haciendo los deberes de un recorte ortodoxo”

El politólogo y ex secretario de Cultura del kirchnerismo, José “Pepe” Nun, afirmó ayer que el gobierno de Cristina Fernández “no es” de izquierda.  

 Nun, quien ocupó la secretaría de Cultura de la Nación entre 2004 a 2009, remarcó que “la calidad de la educación se ha deteriorado gravemente”, a la vez que “la salud también es un problema gravísimo”.   

Nun aseguró que este gobierno está “tratando de hacer todos los deberes de un ajuste ortodoxo para, de esta manera, tratar de llegar a 2015.   Se está haciendo todo lo que se juró que jamás iba a hacer”, consideró.     

Nun criticó que la Presidenta haya nombrado a Axel Kicillof como ministro de Economía porque carece de experiencia de gestión y “aprende a costa de todos los argentinos”. “No se puede improvisar en la gestión, sobre todo, de la economía. Kicillof es un profesor de economía que se especializó en historia económica y experiencia de gestión, que yo sepa, no ha tenido ninguna”, recordó.  

 El ex funcionario kirchnerista advirtió que este gobierno está “tomando decisiones que van a perjudicar a futuros presidentes” como el pago que se acordó con Repsol por la expropiación de YPF. “Basta ver la cara de (Antonio) Brufau, de Repsol‘, remarcó, ya que “es demente o tiene una cara de júbilo”, según se lo vio en los medios tras el acuerdo con el gobierno argentino.   

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