Las pymes en jaque por los productos del exterior

El boom de importaciones destruye la producción nacional

Política

06/08/2017 - 05:00hs

El saldo comercial negativo se incrementa, agudizando la crítica situación que viven las pymes. Preocupación en la producción nacional por la creciente entrada sin restricciones de productos del exterior. Alimentos, calzado, textiles, muebles, motos y madera, los sectores más perjudicados por la política oficial         

La profundización de la crisis económica y la tardanza de los denominados “brotes verdes” que iban a fortalecer la economía nacional han terminado por devorar la industria argentina. Si a esto se le suma la apertura indiscriminada de importaciones realizada por el Gobierno nacional, la situación para las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) es alarmante de cara al corto y mediano plazo.

Por el momento, las medidas dispuestas desde el Ministerio de Hacienda que conduce Nicolás Dujovne no han dado en la tecla, aumentando fuertemente el número de importaciones, lo que ha llevado a un estado an­gustiante en la producción, con muchas de las economías regionales al borde de la quiebra.

De acuerdo a datos suministrados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en el primer semestre de este año la Balanza Comercial, es decir, la diferencia entre lo que se exporta y lo que se importa, fue 

negativa en 2.613 millones de dólares, agravándose más que nada en el rubro bienes de consumo, que son los productos que antes se fabricaban en el país y que ahora deben comprarse afuera.

Crisis en la industria nacional

Los artículos producidos por la industria nacional vienen a la baja, a lo que se le suma  que la compra de productos en el extranjero ha crecido exponencialmente. Solo en el primer semestre se adquirieron productos ya terminados por 3.981 millones de dólares, lo que representó un 15,5% más que en mismo período del año pasado.

El rubro que más se importó es el de la producción de alimentos y bebidas, que de manera alarmante se adquirió en el extranjero en un 80,4%. Esta situación se pudo ver claramente con el conflicto de Pepsico, la multinacional norteamericana, que dejó de producir sus productos en varias fábricas de nuestro país para importarlos desde Chile, donde la mano de obra es más barata.

Al rubro de alimentos le siguió el de las motos, cuyas importaciones se incrementaron en un 70%. En el tercer lugar está el sector de materiales de transporte, en el que entran piezas y repuestos para automóviles y motocicletas, el cual subió un 66,7%. 

La falta de controles por parte del Estado en la entrada masiva de productos desde el extranjero también se vio reflejada en otros ramos de la producción, como por ejemplo el textil, que en los primeros seis meses del año acrecentó las importaciones de prendas de vestir en un 31%. 

Idéntica realidad se vivió en otras áreas como: productos editoriales, cuyas compras al exterior subieron un 49%; calzado, que aumentaron en un 28%; instrumentos ópticos y médicos, en un 27%; muebles y productos de madera terminado, en un 21%; y relojes, en un 20%.

Panorama sombrío

Dirigentes empresariales consultados por diario Hoy remarcaron que la política implementada por el Gobierno nacional ha llevado a la de­saparición de cientos de empresas en lo que va de 2017, y que las autoridades hasta el momento han hecho oídos sordos a sus reclamos de un apoyo a la producción nacional.

Basta decir que en la primera mitad de este año las importaciones de productos del reino vegetal, como lo son las legumbres, hortalizas, verduras, plantas, raíces y tubérculos, crecieron en un 92%; mientras que las compras de animales vivos (bovinos, porcinos, ovinos y caprinos), así como la de productos del reino animal (carnes, pescados, leche, lácteos, entre otros) tuvieron una suba de compras al extranjero del 62%.

A su vez, la adquisición de vehículos automotores de pasajeros aumentó en un 39,5%, rubro en el que jugó un rol importante Brasil, ya que dejó de comprar autos a nuestro país y le empezó a vender un 60% más que hace un año atrás. Lo mismo sucedió con un rubro donde antes la Argentina era líder en la región, como lo es combustibles y lubricantes, cuya compra al exterior se acrecentó en un 18,2%.

El avance indiscriminado de la ola importadora ha impactado de lleno en las pymes, que son las que dan el 80% del trabajo privado registrado en el país. El cierre masivo de empresas es la consecuencia directa de esta política.

Una crisis que afecta a todos los sectores

-92% crecieron las importaciones de productos del reino vegetal

-80,4% aumentaron las compras al extranjero de alimentos y bebidas

-66,7% creció la ola importadora en el rubro material de transporte

-70% la Balanza Comercial negativa en materia de motos

-US$ 2.613 millones de dólares, la Balanza Comercial negativa de la Argentina

-62% subió la compra de animales vivos y productos del reino animal

-39,5% aumentó la compra de vehículos automotores de pasajeros

-31% se acrecentaron las importaciones de materias textiles y sus manufacturas

-21% se incrementó la adquisición al exterior de muebles y maderas

-US$ 3.673 millones, el saldo comercial negativo con el Mercosur

Brasil, el socio más adverso para la Argentina

Lejos en el tiempo parece haber quedado la imagen de una industria argentina pujante y cargada de desa­rrollo. Las chimeneas humeantes son una imagen de un pasado que pocos recuerdan, y la desesperanza ante una realidad económica que golpea a la producción nacional avanza a ritmo insostenible.

El informe del Indec que da cuenta sobre la Balanza Comercial del primer semestre brinda algunos datos que pueden explicar por qué ese escenario de producción vigorosa ya no se vislumbra en buena parte de la sociedad argentina.

Hasta hace pocos años atrás, las ventas de nuestro país al extranjero superaban ampliamente las compras realizadas al mundo, principalmente comparado con los países de la región, donde el saldo era positivo para la Argentina. Hoy esta situación se da a la inversa, ya que, según los datos del organismo que conduce Jorge Todesca, las transacciones comerciales con el Mercosur tuvieron en la primera mitad del año un balance negativo de 3.673 millones de dólares.

Esto significó el déficit de mayor magnitud  en comparación con cualquier otro bloque comercial. En particular, Brasil fue el país con el que se alcanzó el mayor número negativo, ya que con la tierra carioca se llegó a un intercambio comercial adverso de 3.935 millones de dólares.

La crisis política, social y económica en la que se encuentra sumido el vecino país, llevó a que el ahora presidente Michel Temer implementara un severo ajuste, restringiendo las compras hechas por el gigante sudamericano a la Argentina, principalmente del rubro automóviles, incrementando el saldo negativo en nuestro país.

Al Mercosur le siguió el rojo en el saldo que se mantuvo con China, que tuvo un resultado perjudicial de 2.801 millones de dólares. A su vez, con los Estados Unidos la balanza comercial también fue negativa, en 1.387 millones de dólares, mientras que con Alemania, principal potencia europea, el número adverso llegó a los 960 millones de dólares.

“El combo de baja de ventas con el aumento de las importaciones afecta a la industria”

Pedro Cascales - Vocero de CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa)

“El punto más alarmante en las importaciones se da en lo que son bienes de consumo, donde particularmente podemos ver con cierta preocupación los rubros textil y calzado, con incrementos de las cantidades importadas.

Estos rubros son los que nos están preocupando en lo que se refiere a importación de productos finales, de consumo, que son básicamente prendas de vestir, calzado de cuero, productos editoriales, relojes, instrumentos ópticos, motos, muebles, entre otros. Son los que más se han incrementado, y en general han visto su venta declinar en cantidades importantes en los últimos meses, y ese combo de baja de ventas con el aumento de las importaciones, afecta mucho a la industria de estos sectores.

Este tema de los bienes de consumo, combinado con una demanda que todavía no arranca, es uno de los problemas que más afectan al sector pyme, que viene en caída libre en los últimos tiempos”.

“Las pymes estamos al borde de la destrucción”

Roberto Ratti -  Merchante Gerente General de Apyme (Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios)

“La situación que viven las pymes es alarmante, porque más allá de alguna leve mejoría que se ha mostrado en las últimas semanas en la producción industrial, vemos que el aumento de las importaciones, sobre todo de bienes de consumo ya terminados que antes producíamos en el país, nos coloca entre la espada y la pared, lo que lleva a que el cierre de fábricas se haya vuelto masivo en los últimos meses.

Hasta el momento, lo que vemos es a un Gobierno nacional que se encuentra totalmente desorientado, que no sabe cuáles son las medidas que debe ejecutar para que la situación no le explote en las manos. Lo que más perjudica a las pymes es la política de abrir las fronteras en forma indiscriminada a productos de afuera que se viene efectuando por parte del Ejecutivo, y tomar esa decisión sin ninguna clase de control es lo que lleva a que las pymes estemos al borde de la destrucción. 

Se permite, sin interponer ninguna regla, la entrada de productos que nosotros fabricamos en estas tierras generando empleo genuino, lo que lleva al cierre de fábricas que luego se traduce en una crisis social de resultados imposibles de predecir”.

“Se potencian los subsidios a la producción externa”

Julio Gambina - Economista. Doctor en Ciencias Sociales

“Los datos del Indec sobre comercio exterior argentino son preocupantes, porque se combina una situación de déficit comercial provocado por mayor cantidad de importaciones que exportaciones, pero también asociado a un tema de evolución de los precios de exportación que se muestran a la baja, agravando por lo tanto un impacto negativo sobre la producción exportable argentina.

La política económica no muestra ningún sesgo de ser modificada, con lo cual hay que imaginar que estos datos no son una alerta roja para el Ministerio de Hacienda. Además, el Gobierno potencia los subsidios a la producción externa, porque estimular el crecimiento de la importación de bienes por sobre la exportación supone que la Argentina ha decidido promover la producción desde el exterior. 

Esta situación va a tener impactos muy serios sobre el sector industrial, agudizando los problemas de la dependencia y subordinación de la Argentina a la llegada de capitales de

“Esto se sostiene con endeudamiento creciente”

Estanislao Malic - Economista. Profesor en la Universidad de Palermo

“El aspecto clave es que la apertura de importaciones genera una caída de la actividad a nivel interno, sobre todo porque compite con mucha producción local de pymes que no pueden rivalizar con esos productos que muchas veces proceden de trabajo semiesclavo.

Además existe un aspecto financiero, que es la sostenibilidad de este modelo de apertura cambiaria y comercial, donde estamos teniendo una nivel de fuga de capitales altísimo y si a esto le sumamos el nivel del déficit comercial, la verdad que es un problema bastante grave. 

Esto solo se sostiene con endeudamiento creciente, y la Argentina está entrando en un proceso de deterioro de su nivel de sustentabilidad de deuda, ya que el aumento de las importaciones con algo hay que pagarlo, y lo estamos haciendo con mayor endeudamiento. Mientras se aporte a la deuda esto se sostiene, pero no es sustentable en el tiempo”.

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