El Gobierno trabaja en una enmienda a la oferta de deuda
Luego de haber entrado en default el pasado 22 de mayo, el ministro Martín Guzmán aseguró que esta enmienda persigue objetivos “que dejen a la economía en una situación ordenada”.
Por Rolando Graña para Diario Hoy.
08/06/2020 - 00:10hs
POR ROLANDO GRAÑA
Era una tarde calurosa de diciembre de 2018. Alan Ruiz, jefe de Operaciones Especiales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), convocó a una reunión en su despacho. Concurrieron cuatro agentes; uno de ellos lo grabó.
Poco importan ahora los motivos de esa grabación: bronca, celos, desconfianza, reaseguro. Lo cierto es que alguno de los cuatro agentes pensaba que lo que estaba haciendo Ruiz por órdenes directas de la “Señora Ocho”, Silvia Majdalani, vicedirectora de la AFI, iba a terminar mal. Y terminó mal. Pésimo.
Hoy hay varias causas federales abiertas por el espionaje ilegal que la AFI hizo durante el gobierno de Mauricio Macri y los agentes rasos temen ser el pato de la boda.
Tan mal se hicieron las cosas en la AFI que ni siquiera fueron prolijos en la retirada y, como se dice en la jerga, dejaron todos los dedos puestos: discos rígidos mal borrados donde se recuperó un listado de 85 personas a las que les pincharon los emails; cajas fuertes donde aparecieron planillas de 403 periodistas investigados para la Cumbre del G20 en 2018; y un oportuno narco arrepentido que, para salvar su pellejo, habló y contó que hacía para la AFI trabajos tan necesarios para la democracia como ir a ponerle una bomba a un funcionario del propio gobierno.
A partir de la confesión de este narco de zona sur, Sergio Rodríguez, alias “Tomate”, un juez muuuyyy (sic) amigo de la AFI de los tiempos de Macri, Federico Villena, arrancó con una veloz seguidilla de allanamientos a las casas de los cuatro agentes que trabajaban para Alan Ruiz.
Tomate había dado precisiones. Contó que lo contrataron para dejar una bomba en la casa de José Luis Vila, un ex-AFI vinculado al eterno Coti Nosiglia que tenía un cargo en el Ministerio de Defensa desde el que molestaba a dos chicas audaces del macrismo: la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la mismísima “Señora Ocho”, Silvia Majdalani.
A Majdalani, Vila le molestaba porque era el que tenía que dar el ok para los agregados militares en embajadas argentinas. Muchas veces (casi siempre) los agregados militares (de cualquier país) son espías: gente que tiene que averiguar sobre peligros para la Argentina. La AFI quería poner algunos y Vila, otros.
Vila, un amigo de las armas francesas, le entorpecía a Bullrich el negocio de las armas israelíes, un lobby siempre muy cercano a su gestión en el Ministerio de Seguridad. Recuerden si no aquellas lanchas grandotas compradas a Israel que nunca sirvieron para patrullar el Paraná.
En fin, por lo que fuera, al veterano José Luis le dedicaron un “caño” con la leyenda “Vila ladrón” en la puerta de un exdomicilio. Fue un mensaje suave: la bomba no estalló y no era ésa su casa, tal vez porque su importante domicilio real no condice con el sueldo de un funcionario. Pero esa es otra historia.
El narco Tomate dijo que había ido en el auto de un agente de la AFI, Facundo Melo, a dejar la bomba. Pero hete aquí que Melo hacía tiempo que había roto vínculos con la AFI macrista.
Enojado con Alan Ruiz porque lo había metido hasta el cuello en la manoseada investigación judicial para meter preso a Pablo Moyano, Melo pegó un brinco y se presentó en el juzgado de Ariel Lijo para contar los manejos de la AFI y de su jefe, Alan Ruiz. Mucha bola no le dieron: quedaron todos sobreseídos y a Melo le reventaron la casa para demostrarle quién mandaba.
Así las cosas, cuando Villena escuchó la confesión de Tomate, ordenó los allanamientos de las casas de Melo y de los demás agentes del grupo de Iván Ruiz; también allanó oficinas del Servicio Penitenciario Federal. Después del allanamiento y a regañadientes de la ministra de Justicia Marcela Losardo, voló por los aires el jefe del Servicio Penitenciario Federal, Emiliano Blanco, y su secuaz Cristian Suriano, jefe de Inteligencia Penitenciaria, un secuaz de Alan Ruiz en el cableado del penal de Ezeiza para escuchar a los presos K.
Pero volvamos a Melo.
Ya había visto como un juez federal, Lijo, hizo zafar a Ruiz una vez. ¿Por qué no lo iba a hacer zafar otro juez federal, Villena, que encima era uno de los que -él lo sabía bien- firmaba las cuestionables órdenes de cobertura para el espionaje político durante la era Macri? ¿Acaso no había sido Villena quien autorizó las escuchas a los presos K en Ezeiza que después fueron la Operación Puf con la que quisieron salvar al fiscal Carlos Stornelli del papelón que está pasando en la causa D’Alessio? ¿Acaso no fue, según el propio Ruiz, el mismo juez Villena el que le dio cobertura a la AFI para poner el auto VW Voyage patente NNV 682 en la puerta del Instituto Patria para espiar quién iba a ver a Cristina Kirchner? ¿Cómo confiar en semejante juez?
Así las cosas, Melo y otro agente de la AFI, Leandro Araque, pidieron la recusación de Villena y se ofrecieron para ir a declarar en la comisión Bicameral de Inteligencia que preside Leopoldo Moreau (FDT). Para que vean que no venden humo acompañaron su pedido con algunos audios a manera de anticipo de las pruebas que tienen de que todo lo que hicieron fue por orden directa del jefe de Operaciones Especiales, Alan Ruiz y de su jefa directa, la “Señora Ocho”, Majdalani.
Hasta aquí, el racconto para entender de dónde sale este documento único que publicamos hoy. Porque una cosa son los expedientes judiciales sobre los desaguisados que hicieron, hacen y seguirán haciendo los espías criollos; pero otra muy diferente es escuchar/leer el desparpajo con el que se preparan para espiar, apretar o desprestigiar a cualquiera, oficialista u opositor, amigo o enemigo.
Así, a lo largo de casi 40 minutos de exposición, se puede escuchar a Ruiz, mano derecha de Majdalani, insisto, contar cómo van a “ejecutar” (difamar, en la jerga) a Diego Santilli porque “el Uno” (Macri) le bajó el pulgar; cómo van a “hacer pija” a Alfredo Olmedo; cómo piensan “alambrar” (poner micrófonos) en el pabellón de los presos K en Ezeiza.
El asco y el asombro recién empiezan.
“Lo van a hacer pija”
―Alan Ruiz: Ahora lo que me estaban diciendo es que al que lo van a operar, lo van a hacer pija, es al jefe de Amarilla, el de campera amarilla...
―(): ¿A Olmedo?
―Alan Ruiz: A Olmedo. A ése, por un hecho, un evento que se dio ahí en Diputados, porque se enfiestaba una pendeja con este Amarilla, el doctor (Juan Carlos) Amarilla que aparece en la declaración (de la denunciante del senador Marino) que aprieta minas. Ése sí aprieta minas.
Cómo infiltrar merenderos
―Alan Ruiz: Te decía que nosotros habíamos comprado todo lo que era para merenderos. ¿Por qué? Porque nosotros no podíamos entrar en dos grupos. No podíamos entrar en Barrios de Pie y no podíamos entrar en el MST. ¿Por qué no podíamos entrar? Primero, porque el MST es muy cerrado, son de izquierda. Y el tema de Barrios de Pie es que no tenemos una fuente confiable como para estar interactuando.
Entonces, ¿cuál es la jugada que hicimos? Con el lugar este donde va la comida, que es ACMA, Asociación Comunal Manos Argentinas. No sé cómo carajo se llama. Es un dibujo. Es un dibujo que armamos para donar a los merenderos. Y ahí metemos gente que está todo el tiempo interactuando. Va, les da cursos, talleres (…). Les consiguen cosas.
Entonces los negros empiezan en confianza y ahí nos podemos meter. Y, en cuanto hay un grupo que está moviendo información, nosotros nos metemos en los grupos y ya con eso tenemos el minuto a minuto de lo que van haciendo, sin meter una fuente en el lugar. No me genera gasto, no me genera costo una mierda y es transparente, ¿entendés?, porque lo hacemos con terceros”.
El auto que espiaba a Cristina
―Alan Ruiz: “Silvia (Majdalani) no tiene en cuenta las partes administrativas, las partes internas. Nosotros tenemos a veces mucho quilombo, porque en cualquier operación que hacemos con el “Enano” Distéfano (jefe de legales de AFI), hacemos una cobertura judicial con algún juzgado. Nos da tarea de lo que sea, boludo. Lo metemos en un escrito, en dos líneas, y ya están trabajando en un caso. Para que no pase quilombo (…)
Ahora, el tema es: ¿cómo la ordenás para que la orden no sea de “8” (Majdalani) o de “5” (Arribas) por si sale algo mal?
Y ahí no te queda otra que ordenarla por una instancia judicial; eventualmente, está trabajando con un…
―(): Juzgado.
―Alan Ruiz: Con un juzgado, ¿viste? Así metimos la de coso, la del coche…
―(): Del Instituto Patria.
―Alan Ruiz: La metimos así, en una causa. (El juez federal Federico) Villena nos armó todo un coso. Nos hizo una entrada anterior, nos pidió muchas tareas. Y metimos varias tareas juntas. Y se mezcló entre todas. Se mezcla todo y a la mierda. Y ahí sale el sobreseimiento de todo.
“A Santilli lo van a ejecutar”
―Alan Ruiz: La gente de (Armando) Cavalieri está contenida, pero les tomaron el Sindicato de Comercio. Al que va a hacer una receta (a la obra social), lo aprietan. Están todos los del chalequito de cargas de Camioneros, de Coto. La línea de él es la línea que tenía todo el fierrerío que encontraron en el allanamiento de Coto y es la gente de (Ramón) Muerza.
La gente de Cavalieri está contenida porque es gente amiga, porque está con el presidente y demás. Ahí (a Santilli) le bajan el dedo porque operó en contra de la orden del presidente y lo que están diciendo fue que los responsables de todo este quilombo fueron Muerza y Santilli.
―(): Pero es gente de Macri.
―Alan Ruiz: ¿Qué va a hacer con el tipo (Santilli)? Lo va a ejecutar (2). No sé si ahora. No sé si después. El tema es que lo que está pasando es lo que alguna vez hablamos, que en su momento lo dijo Diego: acá para dentro del Gobierno lo que piden es saber quién me está cagando. Trasladalo a lo que hacemos nosotros. Cada vez que chorean un banco nosotros no vamos a buscar al chorro. Vamos a buscar al que lo entregó.
Infiltrar a la nueva Cámpora
―Alan Ruiz: La otra que estamos viendo es que están reformulando el tema de la Cámpora. La Cámpora es piantavotos. Entonces, están reformulando todo para que la nueva Cámpora sea la Kolina.
La Kolina armó un grupo muy fuerte. Recibieron plata porque juntaron micros. Juntaron ocho micros. Empezaron a juntar gente en Varela, en Quilmes, en varios lugares y fueron a un encuentro en Escobar (…). En Escobar juntaron mucha gente y el que cerró el evento es (Carlos) Castagneto.
Castagneto es diputado y el hijo es el que está manejando el tema de la Kolina y es la nueva cara que van a impulsar como diputado. Sería la nueva cara de lo que es la nueva Cámpora. Porque la Cámpora está quemada. (…) tenemos una piba que está en Unidad Ciudadana y otra piba que está en Kolina.
Están laburando bien. Se están metiendo. De cara a lo que viene el año que viene (por las elecciones de 2019).