Caputo aceleró las tasas de interés hasta el doble de la inflación
Para incentivar el ahorro en pesos, el ministro de Economía permite tasas que rinden el doble de la inflación mensual del 1,6% .
La administración libertaria habilitó este lunes la venta de la firma. El Gobierno suma una nueva privatización en su cruzada contra el Estado nacional.
29/07/2025 - 00:00hs
La decisión del Gobierno nacional de avanzar con la privatización de Intercargo se inscribe en una lógica más amplia de desarme del Estado. La resolución 1067/2025, firmada por el ministro de Economía, Luis Caputo, fija un plazo de ocho meses para vender el 100% de las acciones de la empresa estatal de servicios de rampa aeroportuaria. La operación se suma al remate en curso del Belgrano Cargas, AySA y Enarsa, todas habilitadas a ser privatizadas por la Ley Bases.
Intercargo, que había sido desfinanciada desde 2024 con recortes presupuestarios, despidos y congelamiento salarial, será ofrecida en una licitación pública nacional e internacional. La Secretaría de Transporte y la Agencia de Transformación de Empresas Públicas estarán a cargo del proceso. Mientras tanto, ya fueron autorizadas seis empresas privadas para operar en aeropuertos estratégicos, reemplazando progresivamente los servicios que prestaba la compañía estatal.
Del ajuste al desguace
El vaciamiento de Intercargo comenzó antes de la decisión formal de privatizarla. En noviembre pasado, el gobierno de Javier Milei desreguló el servicio de rampa y dejó sin efecto su exclusividad. Desde entonces, el Ejecutivo avanzó con despidos de trabajadores y abrió el juego a actores privados, como Air Class Cargo (Uruguay) y Menzies Aviation (Reino Unido), entre otros.
El relato oficial insiste en que estas privatizaciones traerán “eficiencia” y “competencia”. Pero detrás de ese discurso se esconde una política sistemática de entrega de activos estratégicos. El caso de Intercargo expone con claridad la maniobra: se desfinancia una empresa pública, se degrada deliberadamente su servicio y luego se la pone en venta con carácter de urgencia. La misma fórmula se repite en otros sectores como transporte ferroviario, energía, agua y saneamiento, y ahora también en infraestructura aeroportuaria.
La venta de Intercargo confirma que el Gobierno no busca optimizar el Estado, sino desarmarlo. Cada resolución avanza sobre sectores clave, debilitando la soberanía y dejando servicios esenciales en manos del mercado. Lejos de una modernización, se trata de un proyecto de reducción drástica de la presencia estatal, con consecuencias sociales y laborales aún incalculables.