Las políticas centradas en el mercado de Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, intensificaron la brecha entre la estabilidad financiera y el bienestar social.
En un contexto de creciente desigualdad y pobreza en Argentina, las políticas centradas en el mercado de Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, intensificaron la brecha entre la estabilidad financiera y el bienestar social.
Mientras los mercados festejan con alzas en la bolsa y bonos que parecen ofrecer ganancias sólidas, la realidad para millones de argentinos es alarmante: más del 50% de la población vive en situación de pobreza, y las políticas públicas parecen cada vez menos centradas en atender a los sectores más necesitados.
El “éxito” de la bicicleta financiera y el blanqueo de capitales que acapararon inversiones es un espejismo que favorece a los especuladores, pero impone una carga desmedida a la sociedad. Estas deudas y compromisos se traducirán en pagos que recaerán sobre los contribuyentes, quienes soportarán las consecuencias de decisiones que solo benefician a unos pocos.
Además, el déficit fiscal que intenta eliminarse mediante recortes a la salud y la educación pública aumenta la vulnerabilidad de los sectores más golpeados, crea una situación en la que las necesidades sociales son desplazadas por la codicia y las prioridades de los mercados.
A pesar de esta aparente estabilidad cambiaria, la crisis social se agrava y la pobreza sigue en aumento. La euforia bursátil contrasta de manera evidente con la falta de medidas concretas que mejoren las condiciones de vida de los sectores más vulnerables de Argentina.